La buena intención del pirata
Kim Dotcom propone al Gobierno de España aliarse en una demanda común contra Estados Unidos en la ONU
Kim Dotcom ha vuelto a hablar y ha sido claro. Como fueron unas cuantas personas “de la Casa Blanca” quienes procedieron contra él, las ha amenazado: “Van a pagar por ello, necesitan una lección”. El informático alemán, de oronda figura, gustos extravagantes y verbo incendiario, lleva recluido en libertad condicional en su mansión de Nueva Zelanda desde que en enero de 2012 “72 personas” llegaran allí “con metralletas, perros y helicópteros” para cerrarle su anterior negocio, Megaupload, un sitio web de descargas. La policía se lo llevó un mes a la cárcel y en Estados Unidos ha sido acusado de piratería informática y de formar una organización criminal. Desde entonces prepara su juicio por extradición a Estados Unidos, y no pierde el tiempo: en enero de este año abrió otro sitio en la Red, Mega, que ofrece una pequeña novedad en relación con su anterior invento: los archivos están encriptados.
Kim Dotcom ganó unos 135 millones de euros con Megaupload —fundada en 2005 y donde era posible descargarse gratuitamente películas, series, música y libros— y tiene una alta opinión sobre los móviles de su empresa: “Creamos una web para almacenar archivos en la nube y compartirlos con familiares y amigos. Nunca hubo intención de que fuera piratería escondida”.
Faltaría más. Su vocación de hermana de la caridad se mantiene contra viento y marea. Sigue haciendo lo posible por facilitar a la gente compartir esos documentos que, por culpa de Hollywood, “no hay manera de encontrar en ningún otro sitio”. La piratería, afirma, no tiene nada que ver con sus negocios, por mucha actividad ilegal que se produzca en su web. “No es mi trabajo”, contesta cuando se le pregunta por qué no hace nada para detener la rapiña que se produce en su sitio contra los derechos de autor.
La guerra está declarada. Dotcom tiene que estar furioso desde que le decomisaran en la redada de 2012 un hermoso Cadillac rosa de 1959, entre otros 18 vehículos de lujo. Reconoce que “los españoles siempre han sido fans de nuestro servicio”. Por eso se pregunta si el Gobierno de este país no estaría dispuesto a convertirse en su socio en una demanda contra EE UU en la ONU. Seguro que Rajoy estará encantado.
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