Galliano gana el primer asalto de su batalla legal contra Christian Dior
Un tribunal de París admite a trámite la demanda del diseñador por despido improcedente Durante la vista trascendió que el sueldo del creador ascendía a seis millones de euros anuales El modisto fue expulsado de la firma en marzo de 2011 por emitir insultos antisemitas
La Justicia se ha puesto de parte de John Galliano. Al menos, de momento. Un juez parisiense admitió el lunes a trámite la demanda que el diseñador gibraltareño interpuso ante la firma Christian Dior, para la que trabajó quince años como director creativo y de donde fue despedido fulminantemente en 2011 a causa de unas polémicas declaraciones antisemitas. Durante el juicio trascendió que el modisto cobraba aproximadamente seis millones de euros anuales.
Según informa el periódico Women’s Wear Daily (WWD), la firma francesa alegó a través de sus abogados que el caso no puede ser tratado en el tribunal de Relaciones Laborales que justamente lo ha admitido, ya que Galliano no era un trabajador normal y corriente. Los letrados sostuvieron que el diseñador estaba ligado a Dior y a la marca John Galliano, de la que también fue despedido, a través de múltiples contratos y no era un subordinado al uso.
La abogada del creador británico, Chantal Giraud-van Gaver, se mostró de acuerdo con la idea de que su cliente nunca fue subordinado de la firma Dior, pero sí manifestó que sus contratos demuestran que era empleado de ambas marcas, y que en su relación laboral existían incluso cláusulas de exclusividad. “Si se tratara de un empleado externo, ¿estas dos firmas le habrían entregado un coche con chófer, un entrenador y un asistente?”, preguntó la letrada durante la vista de ayer.
Los detalles del sueldo del diseñador en su puesto de director creativo de la marca fueron analizados en detalle durante la vista: se trataba de una suma de un millón de euros brutos, más una “compensación variable” de 672.000 euros. Además, recibía un presupuesto anual de 30.000 euros para vestuario y otro extra para apariciones personales de 77.500. A este dinero se sumaba el salario que Galliano recibía en la firma que lleva su nombre y que llegaba a los dos millones de euros brutos al año, más un presupuesto de 70.000 euros para vestuario. El creador también cobraba de forma separada las funciones que ejercía como consultor de la casa Christian Dior y de colaboración en campañas publicitarias, desfiles y páginas web de la empresa. En total, la suma ascendía aproximadamente a los seis millones de euros.
Tras la sentencia del Tribunal de Relaciones Laborales, la demanda por despido improcedente del modisto seguirá su curso, aunque los abogados de Christian Dior cuentan con 15 días para recurrir. En tal caso, la causa será derivada a la corte de apelaciones de París en un plazo de aproximadamente ocho meses.
Caída en desgracia
En octubre de 2010 y febrero de 2011, John Galliano protagonizó sendos altercados nocturnos en los que emitió insultos racistas y por los que fue condenado en septiembre de 2011. Paralelamente, el tabloide británico The Sun obtuvo un vídeo del diseñador en el que aparecía ebrio y afirmaba: “Adoro a Hitler”. Las imágenes provocaron instantáneamente su despido de la casa Dior.
“Lo que se ve es la cáscara vacía de un John Galliano llevado al extremo”, dijo el creador gibraltareño durante el juicio, donde además reconoció que era adicto al alcohol, los somníferos y el Valium. “Veo a alguien que necesita ayuda, que es vulnerable, es la sombra de Galliano”, agregó en esa oportunidad.
Desde su despido, el diseñador ha estado alejado del mundo de la moda y, a mediados de enero, su colega Óscar de la Renta contó a WWD que lo recibiría en su estudio durante tres semanas para ayudarlo en su rehabilitación. “Soy un alcohólico”, afirmaba en el mismo artículo el propio Galliano, de 52 años. “He estado en rehabilitación los últimos dos años. Antes de mi sobriedad, descendí a la locura de la enfermedad. Dije e hice cosas que hirieron a otros, especialmente, a miembros de la comunidad judía. He expresado mi pesar en privado y en público por el daño que he causado y continúo haciéndolo. Estoy comprometido a resarcir a aquellos a quienes he herido”.
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