Socialistas ante el futuro

La democracia española necesita muchas mejoras. Entre ellas, un Partido Socialista fuerte, coherente y vertebrador, con ideas y liderazgo. En lo inmediato, para hacer una oposición constructiva a un PP que nunca ha concentrado tanto poder, pero que se distancia de la ciudadanía, como refleja el sondeo que publicamos hoy; de cara al futuro, para reconstruir una alternativa.

La próxima cita con las urnas será en la primavera de 2014, las elecciones europeas. El PSOE dispone, pues, de un tiempo. Puede dedicar un año a debatir internamente y con la sociedad la renovación de su proyecto, seriamente dañado por los años de gobierno de la crisis. Pero la reflexión no puede aislarse de una labor de oposición que también debe renovarse, para llegar a acuerdos con el PP en algunas materias y para proponer alternativas a las políticas de éste en otras. Querer ganar el futuro no puede implicar dejar en suspenso el presente.

El largo Comité Federal del PSOE celebrado ayer en Madrid ha marcado este rumbo, planificando cinco grandes encuentros (Europa, crecimiento y empleo, fiscalidad, calidad democrática y reformas constitucionales, y Estado social), en este primer semestre del año, de cara la conferencia política de octubre.

Sin los socialistas catalanes, el PSOE no podría volver a gobernar. De ahí la perentoria necesidad de buscar una vía entre el inmovilismo y el derecho a decidir que defiende Pere Navarro. Lo que propone Rubalcaba —una reforma constitucional en un sentido federal que aborde las especificidades de Cataluña— es seguramente el camino más razonable a explorar.

El PSOE parece haber aparcado de momento la crucial cuestión de las primarias para elegir el próximo candidato a la Presidencia del Gobierno. Las urgencias, es evidente, son otras. Pero las ideas y las personas son inseparables en la política, y por eso no es fácil que el debate desaparezca.