Mucho dinero para pocas vacaciones
Marivent, que cuesta mantener 1,7 millones al año, se queda semivacío y el ‘Fortuna’ permanecerá en dique seco
El príncipe Felipe recuerda en muchas ocasiones cuando su madre, la Reina, lo enviaba a dormir en las noches de agosto a la terraza del palacio de Marivent porque todas las habitaciones estaban llenas con familiares e invitados. Ahora el heredero dispone, como sus hermanas, de casa propia en el complejo, una vivienda que apenas usa. Además, la principal se queda semivacía, el Rey cada vez pasa menos tiempos y ya no hay invitados. Aún así, Baleares sigue apostando por la familia real como gran reclamo publicitario.
Don Juan Carlos estará este año solo alrededor de una semana. Los príncipes se dejarán ver unos pocos días. Y las infantas acompañarán al principio de mes a su madre, que es quien se mantiene fiel a la isla, en verano e invierno. Allí, doña Sofía encuentra la calma acompañada de su hermana Irene.
El mantenimiento de Marivent —jardinería, limpieza y obras— cuesta 1,7 millones de euros al año, que paga el Gobierno Balear. Mucho dinero para tan poco uso, argumentan algunos representantes políticos que intentaron sin éxito rebajar la pasada primavera esta partida a la hora de hacer ajustes por la crisis.
Por la crisis el Fortuna también se queda vació, de hecho, permanece en dique seco. El yate real está guardado en una nave en los muelles y su uso diario “forma parte de la historia”, según fuentes de La Zarzuela. En época de crisis y austeridad se entiende que navegar en este barco de lujo es un gasto excesivo, un error de imagen. No solo en el gesto sino por el consumo en combustible —y de las embarcaciones de vigilancia de la Armada y la Guardia civil que le acompañaban a distancia, por seguridad—. Llenar los grandes tanques de combustible del Fortuna, que puede alcanzar más de 30 nudos, cuesta 20.000 euros, según expertos del sector de yates de lujo.
Aún así, Palma sigue queriendo contar con la familia real entre sus veraneantes, pero ellos cada vez se alejan más. Atrás quedaron las fotos de familia en la escalinata principal de Marivent; las visitas de huéspedes famosos; las jornadas de regatas con el Rey al timón de Bribón y el Príncipe a los mandos del Aifos. Ya no habrá fotos de las infantas en el pantalán esperando la llegada de las embarcaciones, ni imágenes de la Princesa con sus niñas al ir a recoger a don Felipe. La crisis, los desencuentros familiares, los problemas de Iñaki Urdangarin con la Justicia marcan este año más aún el verano real.
El Palacio de Marivent por una parte es propiedad de Baleares y por otra pertenece a Patrimonio Nacional. La vivienda central, la original, se construyó en 1923. La casa y su entorno fueron cedidos a la extinta Diputación, en 1965, por la viuda del filántropo griego que lo levantó y dio nombre, Juan de Saridakis. A mediados de los años 70 fue cedido a los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía. Tiempo después se sumó al complejo la finca Son Vent, en la que hay dos caserones cuyo disfrute se destinó a los Príncipes de Asturias y a las infantas.
En el primer verano de vacaciones transparentes, como anunció la Casa del Rey tras el polémico viaje a Botsuana, se ha informado de que don Juan Carlos solo pasará en Marivent alrededor de una semana, el tiempo de recibir a las autoridades de Baleares, ofrecer una cena oficial y realizar un despacho oficial con Mariano Rajoy.
El Monarca llegará probablemente el día 7 de agosto y regresará a Madrid hacia el 15. “El Rey estará entre Madrid y Palma, no irá a ningún otro sitio este verano”, informan fuentes próximas al Palacio de La Zarzuela. Es decir, no está previsto que don Juan Carlos viaje en esta ocasión en viaje privado al extranjero.
En Palma, el Rey coincidirá con la Reina, que llega el 29 con sus dos hijas, las infantas Elena y Cristina, y seis de sus nietos— Felipe y Victoria; y Juan Miguel Pablo e Irene—, pero sin Urdangarin para quien las puertas de Marivent en verano permanecerán cerradas. Pero es probable que doña Cristina llegue a ver a su padre.
Las vacaciones de los príncipes de Asturias son menos transparentes que las del Rey. Pasarán tiempo en Londres presenciando los Juegos y después del 15 de agosto se marcharán con sus hijas de viaje con destino desconocido. Irán a Marivent, pero no se sabe ni cuándo, ni cuánto tiempo.
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