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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un informe demoledor

La investigación señala que Japón gestionó mal el accidente de la central nuclear de Fukushima

El Parlamento (Dieta) japonés, en una decisión sin precedentes, creó una Comisión de Investigación Independiente sobre el accidente de Fukushima Daiichi y acaba de entregar su informe. Su contenido es, en muchos aspectos, demoledor. La conclusión principal es que si bien el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011 fueron la causa de los acontecimientos, sus consecuencias se deben, sobre todo, a una actuación inapropiada y censurable de las personas y las instituciones que debían gestionar el accidente.

De forma especial acusan de colusión, en negligencias y falta de iniciativa, a la propietaria de las plantas, Tokyo Electric Power (TEPCO), a los reguladores y a las autoridades gubernamentales. Es decir, que lo que ocurrió pudo haber sido previsto pero no se tomaron las medidas adecuadas; por ejemplo, desde 2006 los reguladores y TEPCO eran conscientes del peligro de un corte total en el suministro de electricidad pero no tomaron las medidas para prevenirlo. El informe intenta responder a una pregunta que mucha gente ha venido haciéndose desde entonces. ¿Cómo es posible que el accidente de Fukushima haya tenido lugar en un país de la tradición y excelencia en tecnología de Japón? Pues bien, muchas de sus conclusiones se refieren a la concurrencia de factores propios de la cultura japonesa, como el sentido de la obediencia ciega y la reluctancia a cuestionar la autoridad, la tendencia a seguir literalmente los protocolos, incluso en situaciones de emergencia, y la resistencia a incorporar ideas venidas de fuera, en particular las que surgieron a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 para incrementar la seguridad de las plantas nucleares.

Las recomendaciones inciden en la modificación radical de las relaciones entre reguladores, empresas y Gobierno, así como en cambios en la normativa asociada al sector nuclear, aligerar la burocracia y dotar al personal in situ de la formación y la autoridad para tomar decisiones. El accidente de Fukushima ha tenido consecuencias de notable calado en todo el sector nuclear. Lo que el informe encargado por la Dieta japonesa nos dice ahora es que una gran parte del daño causado no se sigue automáticamente de la relación entre desastre natural y debilidades de la propia tecnología, sino que las razones de tipo organizativo, legal, cultural y de intereses entrecruzados han sido el factor determinante.

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