Las declaraciones de Antonio Basagoiti
Antonio Basagoiti, presidente del PP vasco, ha abogado por una sanidad “para todos, pero primero para los de casa”. Le sugiero llamar a Amaiur para que le digan quiénes son los de casa. Recientemente hubo un artículo económico en un diario local vasco en el que se reclama “soltar el lastre de España para salir de la crisis”.
Prosigue, “porque es de justicia social dar prioridad en este tiempo de dificultades (de) nuestro Estado de bienestar (becas, pisos, todo tipo de ayudas sociales) en favor de los vascos que más lo necesitan y en detrimento de aquellas personas que se encuentran en situación irregular en nuestro país”. Le sugiero la misma pregunta. Y añado otra, ¿por qué supone que la causa de nuestros problemas de financiación pública son los inmigrantes irregulares? ¿Por qué los elige en primer lugar para atender a los vascos que más lo necesitan? Esto también es una ideología, una opción personal. Hay que hablar de inmigración ilegal, —añade—, y hacerlo sin demagogia. Estoy de acuerdo. Él también. “No buenismo hueco, ni palabrería”. Claro, es cierto, estoy de acuerdo. La demagogia es muy mala consejera en política, un fracaso del gobernante. Lo creo así. El buen gobernante no se la puede permitir.
Y yo le pregunto, ¿no es demagogia decir que si nos evitamos los emigrantes ilegales, garantizamos una sanidad pública de calidad y financiable para el futuro? Estoy convencido de que si son 17000 ilegales en Euskadi, ¡si lo son, como dice!, habrá que hablar y acordar cómo regular la situación de esta gente, de estas personas y su control en el futuro. Esto es la política. Resolverlo retirándoles la tarjeta sanitaria y confundiendo a los vascos sobre cómo se reparte el presupuesto y dónde se genera el déficit público, es falaz e injusto.
Ya vale de verdades como puños contra los que no me votan, ni están asociados, ni pueden cuestionarme ni levantan movimientos populares de contestación. Estoy esperando las verdades como puños de Basagoiti, y los demás, sobre el sistema financiero español, en el reciente pasado y ahora, por ejemplo. Lo estoy esperando.— José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete.
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