_
_
_
_
EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Bata pública; bata privada

En el hospital de La Seu d'Urgell se utilizan por la tarde las mismas instalaciones y el personal para atender a los pacientes privados

SOLEDAD CALÉS

Lo habitual es que un número indeterminado de médicos de la sanidad pública redondeen sus sueldos recurriendo al pluriempleo: atienden por la mañana en el centro público y por la tarde, en el privado. El sistema tiene grandes ventajas. La primera, obvia, la de los emolumentos. La segunda, no menos evidente, la de disponer por las mañanas de una importante masa crítica para engrosar su clientela privada. Los recortes públicos, que están dejando a algunos hospitales sin mantas siquiera para arropar a sus pacientes y que están engrosando las listas de espera son una buena ocasión para multiplicar la actividad privada.

Precisamente gracias a los recortes los médicos del hospital de La Seu d'Urgell (Lleida) han dado con el chollo máximo al respecto. Obligado este centro leridano a cerrar quirófanos por las tardes para ahorrar, los facultativos atienden a sus pacientes por las tardes, pero en el mismo lugar, utilizando salas de consultas y quirófanos, donde no hay lista de espera porque hay que pagar.

De este modo, los empleados sanitarios incluso se evitan desplazamientos, que ya se sabe que el día, sobre todo si hay pluriempleo, cunde poco. A ellos les basta con ponerse la bata pública por la mañana y transmutarse en privada por las tardes. Las instalaciones son las mismas. Las salas de consultas y los quirófanos, también. Las batas, ¿para qué cambiarlas?

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Esto es posible porque el hospital de La Seu d'Urgell es un centro público de gestión privada, un modelo que defienden el PP y CiU. No obstante, los agravantes de este caso han movido a la Generalitat de Artur Mas a expedientar al centro leridano e investigar los procedimientos allí establecidos.

Porque estos arrojan demasiados interrogantes, como quién paga los gastos de la tarde (auxiliares, teléfono, luz...), por cuánto se alquilan los quirófanos y si no es demasiada tentación para los sanitarios tener las tardes libres, bien equipadas y tan próximas, para desviar a más pacientes.

Que vamos a una sanidad para pobres y ricos parece evidente; sobre todo con sistemas como este que lo ponen en bandeja y tanto ahorran... a la iniciativa privada.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_