Esta entrada ha sido escrita por Isabel Tamarit, que lleva varios años trabajando en el campo de la Responsabilidad Social Corporativa.
Quienes creen que las empresas pueden hacer más en beneficio del interés común están de enhorabuena. El pasado 25 de octubre la Comisión Europea publicó su revisión de la estrategia para la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), que llama por primera vez a las cosas por su nombre: la RSC es “la responsabilidad de las empresas por sus impactos en la sociedad”. Una definición corta y clara que todos entendemos y que destierra el concepto antiguo de la "integración voluntaria" de estos principios.
Más aún, el comunicado aclara lo que ya era de perogrullo: el respeto y la aplicación de la legislación y de los acuerdos colectivos que se hubieran adquirido con la sociedad es un “requisito previo” de la RSC. En otras palabras, las normas sociales y medioambientales están para ser cumplidas. Otro de los puntos fuertes del comunicado se refiere a la transparencia de la actividad empresarial. Se anuncia una propuesta legislativa que obligaría a todas las empresas de todos los sectores a informar sobre los impactos sociales y ambientales de sus actividades.
La RSC llegó a España en los años 90 y ha tomado fuerza en el nuevo siglo. La internacionalización de nuestras empresas generó una mayor demanda por cuidar el impacto de su actuación más allá de nuestras fronteras. Han florecido campañas de denuncia de organizaciones sociales ante conductas irresponsables de algunas empresas, se ha secundado en nuestro país el concepto de inversión socialmente responsable y no hay empresa importante que no tenga un departamento más o menos formal sobre esta materia. Por otra parte, el proceso de normalización de la RSC que emprendió la agencia de calidad AENOR, así como el interés que empezaron a demostrar el Parlamento y el Gobierno, han supuesto un impulso definitivo para este esfuerzo. La comunicación de la Comisión Europea es la respuesta al trabajo de muchos individuos y organizaciones que, desde la sociedad civil y las propias empresas, han demostrado su compromiso con la sociedad.
Pero, ¿qué significa esto en la práctica? ¿Se resuelven con ello todos los problemas, los abusos que muchas empresas siguen cometiendo? Por supuesto que no. Siguen existiendo ciudadanos desprotegidos ante los intereses y el poder de unos pocos. Empresas que, movidas por el único fin de maximizar sus beneficios, se amparan en vacíos legales y actúan al abrigo de Estados que no cumple con su obligación de velar por el respeto de los derechos humanos y medioambientales.
Los ejemplos, desgraciadamente, no escasean. La campaña No Sanblastinges una iniciativa promovida por la ONG Setem que denuncia una práctica mortal que realizan empresas textiles para que podamos vestir unos vaqueros “desgastados” a la moda. Para conseguir este acabado, los trabajadores (habitualmente de países pobres y casi siempre sin medidas de seguridad apropiadas) proyectan un chorro de arena a presión sobre la prenda. Como resultado, los pulmones de estos trabajadores enferman de silicosis, una enfermedad incurable que en muchos casos provoca la muerte. Desde que la campaña denunció esta situación, ya son 16 las multinacionales que han anunciado públicamente la prohibición de esta práctica en su cadena de suministro. Versace ha sido la última en hacerlo. Pero quedan otras grandes marcas como Dolce&Gabbana, Diesel o Inditex, que tienen que seguir su ejemplo.
Hay que seguir avanzando. Y este cambio en el modo en el que una institución tan relevante como la Comisión Europea entiende la RSC es un buen augurio, aunque quede camino por recorrer. Muchas empresas están de acuerdo en ello y se convierten en las primeras defensoras de un modelo empresarial que integra el beneficio económico, social y ambiental en su día a día.
Comentarios
Un artículo muy interesante Isabel! La verdad, es que la Campaña No Sandblasting fue muy sonada y hay muchas empresas textiles que están haciendo pública su prohibición, pero a niveles prácticos la implementación de esa prohibición no se lleva a cabo de la misma manera:http://www.nosandblasting.org/empresas.phpTambién comentar que La Campaña No Sandblasting está dentro de la Campaña Ropa Limpia que investiga las condiciones laborales de sus trabajadoras en las fábricas proveedores de grandes empresas como Inditex, Adidas, Benetton, Nike... Que no tienen nada que ver con lo que prometen sus códigos éticos.....http://www.ropalimpia.org/empresas.php?idc=22&idi=es
Pues si pringan sí. Si jodes el planeta, paga una tasa. Aunque espero que no degenere en leyes que permitan a los ricos emprender gracias a que son los únicos que pueden pagar el joder el planeta. En fin, todo bien reguladito por si acaso.Todos los secretos para seducir mujeres clickando sobre mi nombre.
Gracias por el articulo ¿pero acaso la Unión Europea sabe o puede medir los impactos de la actividad empresarial? sigo sin creerme todo esto... tenemos un sistema podrido y no vamos a cambiarlo con más o menos RSC, el tema es más complejo... me hubiera gustado que hablaras de otra campaña de SETEM la finanzas... se me ocurre que ahora la Unión Europea deberia empezar a cambiar muchas de sus politicas, esa coherencia de la que tanto hablamos y tan poco se práctica.
Me parece interesante que se empiece a utilizar este término y que la gente empiece a conocer. Sin embargo, voy a dejar sólo la crítica, y es que hacer cumplir las normativas internacionales y nacionales no es RSC, es cumplir la legalidad a la que están obligadas las empresas. La RSC debe ir un paso más allá. Se trata de incorporar estrategias de negocio y formas empresariales que ayuden a la valoración social, medioambiental que reduzcan el impacto negativo con el objetivo de convertirse en actividades positivas para los stakeholders.
Mientras el paradigma de neoliberalismo sea el mismo la RSC serán parches. Por un lado aprueban eso y por otro el 6-pack, esas seis medidas que dan la vuelta a los derechos de los trabajadores y ciudadanos. Pronto las leyes serán tan pocas que en la RSC no habrá mucho trabajo que hacer.
Está muy bien que las empresas cumplan las leyes. También esta muy bien que apoyen proyectos sociales, culturales o científicos para compensar los perjuicios que generan con su actividad.Sin embargo, creo que podrían aspirar no solo a empatar, sino a ganar: a contribuir al bien común.Contribuir a lo básico. Cooperar para progresar. Conservar lo suficiente.
Un artículo muy interesante Isabel! La verdad, es que la Campaña No Sandblasting fue muy sonada y hay muchas empresas textiles que están haciendo pública su prohibición, pero a niveles prácticos la implementación de esa prohibición no se lleva a cabo de la misma manera:http://www.nosandblasting.org/empresas.phpTambién comentar que La Campaña No Sandblasting está dentro de la Campaña Ropa Limpia que investiga las condiciones laborales de sus trabajadoras en las fábricas proveedores de grandes empresas como Inditex, Adidas, Benetton, Nike... Que no tienen nada que ver con lo que prometen sus códigos éticos.....http://www.ropalimpia.org/empresas.php?idc=22&idi=es
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Me parece interesante que se empiece a utilizar este término y que la gente empiece a conocer. Sin embargo, voy a dejar sólo la crítica, y es que hacer cumplir las normativas internacionales y nacionales no es RSC, es cumplir la legalidad a la que están obligadas las empresas. La RSC debe ir un paso más allá. Se trata de incorporar estrategias de negocio y formas empresariales que ayuden a la valoración social, medioambiental que reduzcan el impacto negativo con el objetivo de convertirse en actividades positivas para los stakeholders.
Mientras el paradigma de neoliberalismo sea el mismo la RSC serán parches. Por un lado aprueban eso y por otro el 6-pack, esas seis medidas que dan la vuelta a los derechos de los trabajadores y ciudadanos. Pronto las leyes serán tan pocas que en la RSC no habrá mucho trabajo que hacer.
Está muy bien que las empresas cumplan las leyes. También esta muy bien que apoyen proyectos sociales, culturales o científicos para compensar los perjuicios que generan con su actividad.Sin embargo, creo que podrían aspirar no solo a empatar, sino a ganar: a contribuir al bien común.Contribuir a lo básico. Cooperar para progresar. Conservar lo suficiente.
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Me parece interesante que se empiece a utilizar este término y que la gente empiece a conocer. Sin embargo, voy a dejar sólo la crítica, y es que hacer cumplir las normativas internacionales y nacionales no es RSC, es cumplir la legalidad a la que están obligadas las empresas. La RSC debe ir un paso más allá. Se trata de incorporar estrategias de negocio y formas empresariales que ayuden a la valoración social, medioambiental que reduzcan el impacto negativo con el objetivo de convertirse en actividades positivas para los stakeholders.
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Está muy bien que las empresas cumplan las leyes. También esta muy bien que apoyen proyectos sociales, culturales o científicos para compensar los perjuicios que generan con su actividad.Sin embargo, creo que podrían aspirar no solo a empatar, sino a ganar: a contribuir al bien común.Contribuir a lo básico. Cooperar para progresar. Conservar lo suficiente.
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