España es el segundo país de la Unión Europea con más empleo temporal
Casi tres de cada cuatro jóvenes españoles con trabajo carece de contrato fijo
La estabilidad laboral sigue siendo una asignatura pendiente para el mercado de trabajo español. Los datos presentados este martes por Eurostat revelan que España es el segundo país de la Unión Europea con mayor tasa de temporalidad: el 26,1% de los trabajadores carecían de contrato fijo a cierre de 2016, prácticamente el doble de la media comunitaria (14,2%). Entre los Veintiocho, solo Polonia tiene unas cifras peores. La ausencia de contratos fijos afecta especialmente a los jóvenes. Casi tres de cada cuatro trabajadores españoles de entre 15 y 24 años —el 72,9%— mantiene con su empresa un acuerdo temporal, de nuevo la segunda tasa más alta de la UE, en este caso solo por detrás de Eslovenia. La media comunitaria está casi 30 puntos más abajo, en el 43,8%.
España ha liderado la creación de empleo en la UE en los últimos ejercicios, pero diversas estadísticas comunitarias han puesto de manifiesto que esa recuperación económica esconde aún diversos desequilibrios: solo Grecia tiene una tasa de paro más alta en toda la UE, una clasificación que se repite cuando se habla de jóvenes; cinco regiones españolas están entre las diez europeas más golpeadas por el desempleo; la proporción de empleados que trabajan a tiempo parcial involuntariamente porque no consiguen una ocupación a jornada completa es una de las más elevadas del continente, la moderación salarial ha llevado a los sindicatos a amenazar con movilizaciones si las nóminas no remontan, y la temporalidad de los contratos es considerada mes a mes como el gran lunar de la potente reducción del paro.
Ese lastre continuado ha provocado ya movimientos: Gobierno y sindicatos firmaron hace un mes un acuerdo para frenar la temporalidad del empleo público. El compromiso de Moncloa es convocar oposiciones para 250.000 plazas en los próximos tres años para convertir interinos en fijos y rebajar del 23 al 8% la tasa de temporalidad del sector público, donde el número de médicos, enfermeras o profesores que encadenan contratos semanales, mensuales o trimestrales se ha multiplicado con la crisis. En el sector privado la solución se presenta más compleja, en parte debido a la vinculación de la temporalidad al tirón del turismo en determinadas épocas del año.
Los últimos datos de empleo de Eurostat transmiten un optimismo cauto a nivel continental. La tasa de paro bajó una décima en marzo en la UE hasta quedarse en el 8%, su cifra más baja desde hace más de ocho años, pero casi 20 millones de personas quieren trabajar y no pueden. Croacia, Portugal y España fueron los que más redujeron el desempleo. Y como viene siendo habitual, Grecia (23,5% de parados) y España (18,2%) siguen a la cola de Europa en este ámbito, ampliamente rezagados del resto de Estados miembros. La cara más vulnerable de la estadística la representan en España los casi 1,4 millones de hogares que tienen todos sus miembros en paro y los 648.300 hogares en los que según el INE no entra ningún ingreso.
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