Hola, vengo del futuro (de las ‘startups’)
¿Vivimos en la era de la IA? ¿De la neurociencia contra el ictus? ¿De la movilidad aérea avanzada? ¿De la electrólisis y el hidrógeno verde? ¿De los vehículos automatizados? ¿Del talento tecnológico? Vivimos la era de las ‘startups’ capaces de crear todo eso
Peter Drucker, padre de la gestión empresarial moderna, fue uno de los primeros pensadores que vio venir, ya a mediados de los sesenta, la sociedad del conocimiento y las tecnologías de la información. Esa capacidad visionaria se explica por su talento, pero también por su experiencia: era teoría, un académico; y a la vez práctica como consultor en grandes empresas. Décadas antes de que la palabra “innovación” se volviese común, decía que es la principal herramienta del emprendedor para transformar el cambio en oportunidad.
A Drucker seguramente le hubieran interesado las seis startups premiadas, entre más de 170 candidatas, en la reciente Barcelona New Economy Week (BNEW, organizada por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona), porque confirman muchas de sus conclusiones. Por ejemplo, que “las mejores ideas surgen de la cooperación”, hoy en versión público-privada y con transferencia del conocimiento desde centros de investigación. Las seis prueban que si una buena idea tiene quién la aterrice, no le afectan tanto los malos tiempos: la más veterana se fundó en 2019, las demás en plena pandemia o durante la enorme incertidumbre económica posterior, sin embargo todas se han consolidado y algunas duplican su crecimiento anual. En cierto modo trascienden a Drucker: no dicen que “la mejor forma de predecir el futuro es crearlo”, directamente lo hacen.
Time is Brain. La señal eléctrica que combate el ictus
Alicia Martínez, Antoni Dávalos y Jaume Coll tienen mucho en común, la profesión/vocación de neurólogos. También que son emprendedores: directora ejecutiva, director científico y asesor científico, respectivamente, y cofundadores de una startup. Y, sobre todo, que trabajan contrarreloj. Desde su profesión comprueban de primera mano “las consecuencias devastadoras de un ictus [la principal causa de discapacidad y la segunda de muerte en el mundo] en la persona que lo sufre y en sus familiares, y hasta qué punto cada minuto cuenta para salvar el cerebro durante un episodio así”, explica la doctora Martínez.
Esa experiencia directa los sitúa frente a un dilema. Pueden investigar las causas íntimas del ictus y añadir ese conocimiento al arsenal científico para que un tercero, por ejemplo un fabricante de dispositivos, desarrolle mejores equipos. O propiciarlo ellos mismos desde una empresa. Optan por esta segunda alternativa a partir de un descubrimiento propio: el biomarcador N20, una señal eléctrica que revela el estado del cerebro en tiempo real y así permite mejorar tanto diagnóstico como tratamiento.
Time is Brain no parece mal nombre para la startup dedicada a desarrollar ese pionero dispositivo de IA —con aspecto de gorro de nadador— que monitoriza la actividad cerebral de manera continua, durante todo el trayecto del paciente desde el primer síntoma hasta su salida del hospital. En su corta trayectoria, la compañía ha participado en los ensayos clínicos Promise20 y Promise Global, ha recibido, entre otros, el premio EIT Health Catapult 2023, ahora el de mejor startup del sector salud en BNEW 2024, y prevé comercializar el dispositivo BraiN20® en 2025.
Martínez, formada en centros médicos y de investigación punteros como Monte Sinaí de Nueva York, el Instituto Humanitas de Milán y los hospitales barceloneses de Bellvitge y Germans Trias i Pujol, destaca que el despliegue de BraiN20® permitiría tomar “decisiones más rápidas y acertadas para mejorar drásticamente las posibilidades de recuperación”, con un acceso más equitativo de los pacientes, sin importar dónde ocurra el ictus, a una atención de calidad.
Este avance demuestra que, en salud, las ventajas económicas y de gestión equivalen a las humanitarias: reducir las secuelas del ictus implica ahorrar costes y fortalecer los recursos de los sistemas sanitarios, además de aliviar la presión económica y anímica de las familias. Otro valor añadido, puede traducirse en tejido industrial “a través de nuevas oportunidades laborales en I+D, fabricación, distribución y soporte técnico de las nuevas tecnologías médicas”, sea BraiN20® directamente o cualquier otro avance al que le abra las puertas.
JoltTech. La revolución de los electrodos en la energía limpia
Leon Rizzi podría ilustrar la definición de espíritu inquieto. O el valor de la experiencia internacional cuando confluye en una startup que puede resetear el sector del hidrógeno verde.
Fue abogado comercial en Londres y Moscú, fundó tres empresas tecnológicas consecutivas y se juró no emprender de nuevo para no sufrir tanto estrés. Especialista en crecimiento comercial de empresas tecnológicas —y variadas, del sector geoespacial, la movilidad o el diseño arquitectónico—, en EE UU, la Unión Europea e Israel. Ahora afincado en Cataluña, incursiona por primera vez en la industria electroquímica al frente de JoltTech, spin-off del Instituto Catalán de Investigación Química, “una de las organizaciones más valoradas internacionalmente en catálisis [aceleración de las reacciones químicas], electrólisis [separación de elementos de un compuesto mediante electricidad] y generación de energía”, explica el CEO.
El XXI será el siglo de la electrólisisLeon Rizzi, CEO de JolTech
Entre otras innovaciones, Jolt ha desarrollado “la primera línea industrial de recubrimiento de electrodos completamente automatizada y continua del mundo”, que promete una caída drástica de los costes de producción y el despegue de la productividad. Lo ha logrado en dos años, cuando “un avance así le exige no menos de siete u ocho a una compañía deeptech [de tecnologías disruptivas para solucionar problemas especialmente complejos]”.
Hablamos de una técnica exponencial porque proyecta sus beneficios a todo el ecosistema. “Los electrodos son el núcleo de la electrólisis y la electrólisis es el núcleo en la producción de múltiples productos químicos que usamos en el día a día”. Y ahora de algo tan estratégico como generar hidrógeno (H2) verde y capturar CO2 para producir combustibles ecológicos o baterías de flujo redox, claves en el almacenamiento de energía renovable. “En la industria química, los electrodos equivalen a los semiconductores en la electrónica, son el primer componente crítico en la cadena de valor”.
“El XXI será el siglo de la electrólisis” porque la mayoría de los productos petroquímicos pasarán a producirse mediante este proceso, junto con la enorme demanda que proyecta el H2 verde. Por lo tanto, “poseer ese primer componente en su cadena de valor puede poner a España en la misma posición que los países productores de microchips”, señala Rizzi. “Donde quiera que se construya una planta de electrodos, rápidamente generará alrededor toda una infraestructura de electrólisis y producción de electrolizadores [el dispositivo generador del H2], que a su vez necesitará cientos de componentes, infraestructuras energéticas o equipos de almacenamiento y distribución de hidrógeno”.
Grasshopper Air Mobility. Superdrones, esas enormes furgonetas voladoras
Jakob Saalfrank tuvo el valor de crear una startup especialista en drones sin ser experto en industria 4.0 —”por pura pasión visionaria”—, y el sentido común de cofundarla con dos ingenieros aeroespaciales. Tratándose de Movilidad Aérea Avanzada (MAA), también se necesita aguante a largo plazo y por tanto convicción en su potencial. Porque diseña hoy los superdrones del pasado mañana y mantiene la inversión mientras se generan las infraestructuras, las alianzas con empresas de aplicaciones y la regulación, todavía en ciernes, que les permitirá operar.
Los superdrones no se parecen a los dispositivos comerciales al uso. Más bien son la nave nodriza. Drones con esteroides. La maqueta del prototipo que acaban de presentar en BNEW, el e350 Flying Cargo Van, es eso, “una furgoneta voladora completamente eléctrica y autónoma”, capaz de cargar automáticamente 350 kilogramos de mercancía, transportarla durante 200 kilómetros por aire, para completar el último tramo de la entrega mediante conducción terrestre. Una versión más pequeña, para mover hasta siete kilos, podría estar lista a finales de 2025, mientras la grande se estrenaría a finales de esta década si todo va bien.
¿Dónde? En entornos controlados de polígonos y fábricas porque están pensados para logística industrial, aunque esa primera experiencia los haría útiles para otros tipos de transporte. Por ejemplo en áreas rurales que pierden población y servicios; en España, la mayoría. Grasshopper no solo desarrolla las naves, también las tecnologías que coordinan esa coreografía aérea y terrestre, es decir, la plataforma de control autónomo desde el primer al último kilómetro y la estación de carga y recarga de baterías. Anticipa el futuro mix energético: son eléctricos, pero también compatibles con la generación por hidrógeno.
Para el CEO, la capacidad tractora de la MMA, donde compiten unas 900 desarrolladoras de prototipos en el mundo, estimulará el tejido de aplicaciones e infraestructuras, ayudará a descongestionar las aglomeraciones urbanas y puede agilizar, en mayor o menor medida, a toda la economía a través de sector transversal por excelencia: la logística. “Las colaboraciones fomentan ecosistemas vibrantes donde las compañías prosperan, innovan y crean riqueza. La aviación cuenta con uno de los mayores potenciales disruptivos en la nueva economía y vemos que Barcelona y Cataluña lo están reconociendo”.
Vaive Logistics. El robot que te lleva a casa una pizza sin CO2
Tiene aspecto robusto pero amable, de vehículo de exploración lunar. Está diseñado para fluir en ese planeta urbano abigarrado y lleno de obstáculos en el reparto de última milla —la fase logística más cara, con hasta el 40% del coste—. Nivel de autonomía 4 en una escala de 5, es decir, viaja sin intervención humana mediante la combinación de IA y sensórica, pero puede ser teleoperado si se topa unas obras o un accidente. Carga útil de hasta 100 kilos para hacer varias entregas en cada ruta y baterías que duran seis horas. Con mapeado 3D propio, no tiene que pagar ese oneroso servicio externo. Optimiza el uso del radar Lidar y, al ser modular, se adapta a diferentes trabajos. Todo ello para reducir el coste del servicio —el modelo de suscripción también alivia— y optar a flotas más amplias.
Hablamos del vehículo-robot ONA y su capacidad para “reducir un 20% los costes operativos y un 40% los ambientales respecto al reparto tradicional, además de contribuir a unas ciudades con menos congestión, menos contaminación y menos accidentes, más verdes y habitables”, explica el CEO, Clément Lemardelé.
Crearemos puestos de trabajo altamente cualificados y los repartidores podrán convertirse en supervisores de flotas de robots autónomos, contribuyendo a la transformación digital del sectorClément Lemardelé, CEO de Vaive Logistics
Pero lo más importante es el proceso de I+D+i responsable de estas ventajas operativas, es decir, el modelo de colaboración público-privada de financiación y conocimiento necesario de afrontar grandes proyectos multi-tecnológicos como este. Vaive Logistics es una spin-off de la Universidad Politécnica de Cataluña coordinada con el centro de investigación en movilidad urbana CARNET, que además se integra en el proyecto europeo LogiSmile —ecosistema de universidades, laboratorios, empresas industriales, ciudades, operadores logísticos e instituciones como la Dirección General de Tráfico o Área Metropolitana de Barcelona—, lo que le ha permitido desarrollar tres prototipos y realizar pruebas en Esplugues de Llobregat, Debrecen (Hungría) y Braunschweig (Alemania).
“En proyectos con un nivel tecnológico tan alto, este modelo colaborativo de innovación es imprescindible. Además requiere una visión global desde lo social a lo económico para garantizar la utilidad de la tecnología frente a las necesidades actuales y anticiparse a los retos futuros de la movilidad”, explica el CEO. Y, de nuevo, el motor de un sector emergente: “Crearemos puestos de trabajo altamente cualificados y los repartidores podrán convertirse en supervisores de flotas de robots autónomos, contribuyendo a la transformación digital del sector”.
Omnios Cognitive Solutions. La decisión inteligente de la inteligencia artificial
Es el tipo de perfil que hace suya en lo personal, más allá de lo profesional, una startup. Lo que en gestión se conoce como skin in the game. Albert Iruela estudió Ingeniería en Organización de las TIC, nada más terminar la Universidad se formó en programas de emprendimiento como Imagine Silicon Valley, trabajó como consultor tecnológico, pero dice que ha aprendido tanto, si no más, en la filosofía del hecho: learn by doing. Pero él resume todo su currículo en una palabra: Omnios, la compañía de la que es cofundador y director general. “Los clientes, socios, resultados y el equipo que hemos conseguido formar”.
Mientras el mundo descubría la IA con la irrupción de ChatGPT en 2022, Omnios se fundaba tres años antes para desarrollar el aprendizaje profundo y el procesamiento del lenguaje natural. Objetivo: gestionar de forma automatizada los grandes volúmenes de datos no estructurados dentro y fuera de una empresa en cualquier formato —texto, vídeo, audio, redes sociales…—, para transformarlos en el conocimiento que ayuda a tomar decisiones relevantes, explica Iruela. Es como un proceso de autoconocimiento que conecta el plano digital, donde se concentra gran parte de la información, con el plano físico de la fabricación, la comercialización, la gestión del cliente... Para elegir la dirección adecuada en cada cruce de caminos.
“Las plataformas permiten anticipar esas decisiones para optimizar procesos y personalizar la estrategia, mediante el análisis continuo de sus datos internos y la información sectorial de referencia, lo que permite [a grandes organizaciones como Angelini Pharma, el bufete Cuatrecasas o la Generalitat de Cataluña, entre otras] reducir costos, aumentar la eficiencia operativa, aprovechar nuevas oportunidades de mercado o reevaluar escenarios económicos para lanzar productos o nuevos modelos de negocio”, señala Iruela. Un ejemplo de barrera superada es la idiomática: la IA traduce textos y voz o subtitula en directo además de rellenar formularios con órdenes de voz, lo que facilita la internacionalización.
“La IA no es solo una herramienta, sino un motor de cambio que mejora la competitividad y la eficiencia en todos los aspectos de una organización”. Tras la irrupción de ChatGPT, la percepción de las empresas ha experimentado un salto evolutivo. Omnios “ha pasado de ofrecer soluciones para necesidades que el mercado desconocía, a asociarse con clientes convencidos de que necesitan incorporar la IA y una guía para priorizar y a acelerar esa implementación”.
BIPO. En busca del recurso vital: talento
Una aparente paradoja: cuando más acelera la automatización, cuando el aprendizaje automático independiza a las máquinas, el factor determinante sigue siendo el humano, las personas con los perfiles técnicos precisos para adaptar la tecnología a las necesidades de una empresa en una sociedad. A mayor demanda de profesionales, mayor apuro del sistema educativo para elevar la cantidad y la especialización de la oferta. Lo advierten los expertos en recursos humanos (RRHH): puede que la brecha merme en algunas profesiones, pero el déficit general será endémico. Consecuencia, la competencia feroz por un talento estratégico.
De ahí el carácter también estratégico de una plataforma como BIPO que digitaliza por completo la gestión de esos RRHH y ayuda a encontrar talento en una bolsa global de candidatos. Se trata de un modelo híbrido; una base tecnológica de gestión en la nube, “junto con una red de expertos locales para apoyar a las empresas en cualquier parte del mundo”, explica Laurent-Pierre Sans, autoridad en servicios de externalización de RRHH y director regional de la compañía para Europa. “Este enfoque permite a organizaciones de cualquier tamaño gestionar su talento global de manera más eficiente y expandirse internacionalmente a mayor velocidad, entrar en nuevos mercados sin necesidad de navegar por las complejidades legales de cada país”.
La plataforma funciona como un facilitador de servicios, desde el análisis de legislaciones laborales actualizadas a los procesos de contratación o la gestión administrativa, por ejemplo de nóminas, organigramas o la evaluación del equipo en función de los valores y objetivos corporativos. Es como un departamento completo de RRHH concentrado en la interfaz de una app.
Contar con profesionales en otros mercados genera trabajo a dos niveles, en la ciudad o región donde radica la empresa, y en la ciudad o región donde se implanta o comercia. “Las empresas crean empleos locales, lo que a su vez abre oportunidades de negocio para subcontratistas y proveedores, contribuyendo así al desarrollo económico de España y de otros países donde operamos”, concluye Laurent-Pierre Sans.