El Popular aprueba su banco malo con el consejo dividido
Los accionistas mexicanos (4,25% del capital) creen que lo mejor es una fusión o el relevo del presidente Ángel Ron
El consejo del Popular dio ayer luz verde a la creación de su banco malo, con el que quiere sacar del balance 6.000 millones en créditos e inmuebles de poca calidad. La operación es decisiva para recuperar la rentabilidad perdida, tal y como se prometió con la ampliación de capital de 2.500 millones. La cotización ha caído un 74% en el último año y ha divido al consejo: los accionistas mexicanos, (4,25% del capital), creen que el mejor camino es una fusión o la sustitución del presidente, Ángel Ron, aunque no lo han manifestado en el consejo.
El Popular nombró este miércoles a Remigio Iglesias, exdirectivo del Santander, presidente de Sunrise, la nueva sociedad inmobiliaria que la entidad tiene previsto constituir en el primer trimestre de 2017. Roberto Rey, antiguo directivo de la inmobiliaria San José, será el nuevo consejero delegado del banco malo. Ahora están a la espera de las autorizaciones oficiales de los supervisores y la CNMV, que esperan para antes de que termine 2016.
El consejo del miércoles pasado transcurrió sin sobresaltos, pero con tensión en el ambiente después de que Expansión hubiera publicado que el consejo del Popular preparaba "el relevo de Ron", algo desmentido oficialmente por la entidad. A las nueve de la noche, el banco emitió una escueta nota en la que dijo que el consejo “reforzó su apoyo al presidente” y la “estrategia del banco”. También informó de que “se mantiene unido para impulsar el plan de negocio anunciado al mercado”, en referencia a Sunrise, el banco malo.
Fuentes no oficiales del Popular creen que es Antonio del Valle el que está acudiendo a los medios para desprestigiar a Ron, sin pedir cambios dentro del consejo. Estas fuentes también creen que tiene el apoyo del consejero José María Arias, de la Fundación Barrié de la Maza, antigua propietaria del Banco Pastor. “Por ahora no tienen fuerza suficiente para descabalgar a Ron, pero ya veremos”, añaden estas fuentes.
La relación de Ron con Del Valle, que entró en diciembre de 2013 con una inversión de 450 millones, se ha deteriorado con el paso del tiempo. El grupo mexicano cree que Ron es responsable de la mala situación del banco ya que es consejero delegado desde 2004.
Fallida fusión con el Sabadell
En mayo pasado, Del Valle buscó sin éxito una fusión del Popular con el Sabadell, a través del magnate colombiano Gilinski, entonces el mayor accionista de la entidad catalana. Del Valle creía que era el mejor camino para recuperar las grandes pérdidas que acumula en su inversión, que superan el 70%, según algunos cálculos. La acción del Popular ha caído un 74% en los doce últimos meses, en paralelo a unos pobres resultados que en 2016 se traducirán en pérdidas de más de 2.200 millones por la necesidad de provisionar todo el ladrillo que acumula en el balance.
El Popular entró tarde y con ímpetu en la mayoría de las operaciones inmobiliarias importantes, al no prever la evolución del ciclo, y no tener pulmón para sanear su ladrillo con lo que conseguía del negocio rentable de las pymes. No pidió ayudas públicas y pagó 1.000 millones por el Pastor. Tras los cambios legales, la entidad gallega pasó a tener un valor neto negativo de 500 millones.
El Popular se persignó ante la crisis inmobiliaria y prometió salir del atolladero sin ayudas del Estado. Pero no lo ha conseguido: el Popular ha ampliado capital por 5.400 millones desde noviembre de 2012 y ayer valía 3.664 millones en Bolsa.
Ron, al frente desde 2004
Ángel Ron es el responsable ejecutivo de la entidad desde octubre de 2004, cuando recibió el mando de la presidencia de manos de Luis Valls. Entonces Ron tenía 42 años y ya era consejero delegado. En estos 12 años de presidencia han pasado cuatro consejeros delegados por el cargo (Dopico, Lucía, Higuera, Gómez) y ahora está el quinto: Pedro Larena, el primero que no viene de la cantera del Popular.
Ron negó durante mucho tiempo que necesitara elevar las provisiones del ladrillo, pero el Banco Central Europeo le obligó, lo que complicó su situación. En junio pasado, en un curso de verano en Santander, se preguntó a Ron si hacía autocrítica de su labor al frente del banco. El presidente de la entidad respondió que desde el inicio del 2000 existía "una presión enorme porque las antiguas cajas crecían al 30% en el crédito y se criticaba a los que solo lo hacíamos al 15%. El banco ha sobrevivido por la fortaleza de su negocio básico del negocio con pymes y familias, pero la crisis nos ha enseñado que la diversificación es vital y ha puesto de manifiesto que nuestro modelo es rentable". Ahora Ron tiene que demostrarlo al mercado.
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