El Popular anuncia 2.900 despidos y el cierre de 300 oficinas
Negocia con los sindicatos reducir el 20% de la plantilla para aliviar sus problemas financieros
Han pasado ya ocho años desde que estallara la crisis financiera, pero los bancos continúan digiriendo sus pesadas consecuencias, sobre todo inmobiliarias. El Banco Popular ha confirmado este martes que despedirá entre 2.900 y 3.000 empleados y cerrará unas 300 sucursales, según un plan presentado a los sindicatos. La entidad ha anunciado que los cambios buscan modernizar la estructura de la organización, aliviar sus costes y mejorar la rentabilidad del banco. En este caso, la reducción de empleados incluirá a los directivos.
La entidad atraviesa un momento de dificultad por el alto volumen de activos inmobiliarios dañados que todavía tiene en el balance, lo que le ha obligado a cambiar al consejero delegado y a realizar dos ampliaciones de capital por 5.000 millones. Con este dinero, elevará la cobertura del ladrillo desde el 30% al 50% tras la fuerte depreciación de los activos. El Popular perderá alrededor de 2.600 millones en 2016, según los analistas, que luego compensará con la ampliación de capital. En el año ha caído un 60% en Bolsa.
El recorte afectará el 20% de la plantilla, compuesta por 14.935 trabajadores. El cierre de sucursales significará una disminución del 14% en el número de oficinas del banco, que hoy cuenta con 2.093. La entidad ha informado de que los despidos se centrarán en las sucursales con menor rentabilidad y que también reducirá los días de apertura en las localidades de menor tamaño. La llegada del nuevo consejero delegado, Pedro Larena, a la entidad el primero de septiembre pasado, ha llevado a máximos las cifras de despidos y cierres que se barajaban.
La empresa ha anunciado que los cambios buscan "modernizar la estructura del banco" y simplificar la organización territorial de la red de comercial y los servicios corporativos. También ha destacado que apostará por la transformación digital para mejorar la eficiencia de los procesos. La semana pasada, el banco presentó el nuevo organigrama, con cambios importantes como la creación de la dirección general de transformación digital, la dirección general de medios y la dirección general de negocio especializado.
La empresa ha subrayado que 1.700 de sus empleados, más del 10%, son mayores de 59 años. A la mayoría de ellos se les ofrecerán prejubilaciones en condiciones favorable.
La situación de los que se quedan
Los sindicatos están valorando la incipiente información recibida. Por supuesto analizarán las condiciones de los trabajadores que se va a marchar con todo detalle. En los últimos meses, el Santander y CaixaBank también han realizado recortes de plantilla con diferentes condiciones económicas. Sin embargo, según fuentes sindicales, en este caso también quieren conocer los planes del Popular para la plantilla que seguirá en el banco, es decir, la estrategia de futuro de una entidad en plena transformación.
El Popular presentará el primer ERE en sus 90 años de historia. Ahora está en la fase de contactos para luego iniciar el ERE oficial. El ajuste se enmarca en las medidas que ha implementado desde 2012 para adaptarse al desafiante contexto bancario.
La caída de los márgenes de la cuenta de resultados, el escaso volumen de negocio, la menor utilización de las oficinas por la digitalización de procesos, así como a las necesidades de incrementar capital, mientras se financia la limpieza del balance por los activos tóxicos inmobiliarios, presionan a medio plazo al Popular y a otras entidades. Esta situación condujo al banco a realizar este año una segunda ampliación de capital de 2.500 millones.
En cuanto al problema inmobiliario, la fórmula que estudio el Popular para solucionar este problema es para colocar en Bolsa una filial que aglutine 6.000 millones en activos inmobiliarios dañados, según la entidad. Quiere sacar de sus cuentas estos activos improductivos para limpiar el balance y elevar la solvencia y los resultados del grupo. El objetivo es tener preparada la empresa para antes de que acabe el año y empezar a resolver así su mayor problema.
La empresa no tendría actividad bancaria, por lo que no consolidaría en el grupo. Se trataría de una inmobiliaria que adquiere, promociona, explota y comercializa productos de este tipo. Se trata de una sociedad independiente, desligada de Popular y gestionada por expertos en esta área.
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