El coche eléctrico de Seat será un modelo nuevo
La filial española del Grupo Volkswagen espera tener listo el vehículo en 2019
La apuesta de Seat por el coche eléctrico tiene, de momento, dos líneas de trabajo: se lanzará en 2019 y será un modelo nuevo, no una versión 100% limpia de uno de los que la marca tiene en su portafolio. El fabricante de Martorell ha visto cómo las circunstancias actuales del negocio han terminado por acelerar un proyecto antes ubicado en el largo plazo y se prepara así para entrar la lista de producto eléctrico español, que ya suma cinco referencias.
Hace poco más de un año, en el Salón del Automóvil de Fráncfort, el entonces presidente de Seat, Jürgen Stackmann, enfrió las expectativas de la llegada inminente del coche eléctrico. Seat se descolgaba entonces de la carrera eléctrica de las otras marcas de Grupo Volkswagen (VW). Su máximo ejecutivo consideraba que no se trataba de “un producto relevante” y subrayaba la falta de demanda. Entonces la filial española primaba la llegada a la rentabilidad antes que asomarse a segmentos más restringidos del mercado.
El primer Seat eléctrico llegará a nutrir el ecosistema de producción de coches eléctricos en España, que el año pasado fabricó un total de 7.813 unidades, según cifras de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). Una producción modesta si se compara con la de los coches tradicionales pero que casi se ha triplicado en los últimos tres años. De las cuatro referencias que se fabrican actualmente en el Estado, tres son furgonetas. En la planta gallega del grupo PSA se producen las Berlingo y Partner. Renault en Valladolid se fabrican dos modelos de Renault Twizy y Nissan tiene en Barcelona la e-NV200. Vitoria tiene congelada la producción de la Mercedes Vito E-Cell.
Las mismas cifras recopiladas por ANFAC revelan que nueve de cada diez unidades terminan en el exterior. Así, solo el 10,2% de la producción se queda en el Estado, una porcentaje que ha dado un gran salto. En 2014 correspondía al 3,9% y en 2013 al 3,8%. En el conjunto de los diez primeros meses de este año, se han matriculado un total de 3.628vehículos eléctricos en España.
El escenario muestra que el segmento de los eléctricos en España sigue siendo un campo estrecho aunque con gran margen para el crecimiento. Y a nivel mundial las aguas en la industria de la automoción no han dejado de moverse. Tras el golpe inicial, la digestión del escándalo de los motores diésel trucados para registrar menos emisiones contaminantes ha llevado a agilizar los planes de electrificación. Mientras que en Fráncfort VW anunciaba la llegada de una veintena de coches enchufables o híbridos en cinco años, la apuesta a 2025 ya se eleva a 30 modelos de vehículos eléctricos y 17 híbridos, según explicó el pasado octubre, en la feria automovilística de París, Matthias Müller, consejero delegado del consorcio alemán.
El reemplazo de Stackmann por Luca de Meo implicó un cambio en la posición de Seat respecto al coche eléctrico. Si bien la nueva dirección ve a Seat con un papel principal en el desarrollo de la conectividad del coche –de ahí, por ejemplo, la apuesta de VW por asentar en Barcelona el tercer laboratorio de big data-- la irrupción del eléctrico se instala con más naturalidad en los planes de la empresa. El pasado octubre, Enrique Pastor, responsable de Estrategia de Producto e Investigación de Mercados de Seat, fijó para 2019 la llegada del vehículo 100% limpio.
“Siempre podremos acceder al gran supermercado de soluciones eléctricas que tiene VW para implantarlas en Seat”, aseguró De Meo en París, en lo que supuso un gran giro estratégico de la empresa española. Eso sí, después de desembarcar en el segmentos de los todocaminos urbanos, el que más proyección tiene en estos momentos en Europa.
Fuentes de la empresa y de los trabajadores explican que la marca se decanta ya por que la llegada se haga con un modelo nuevo y no una adaptación eléctrica o híbrida de coches insignia, como el Ibiza o el León, si bien no se descarta que en un futuro sí puedan existir. Oficialmente, Seat prefiere guardar silencio sobre sus planes. Los buenos resultados del principal fabricante europeo de coches (mejorados por la baja en las provisiones por el ‘dieselgate’) y su filial barcelonesa (multiplicó por once sus beneficios en los primeros nueve meses del año, llegando a los 137 millones de euros) también le dan aire a nuevos planes.
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