El Gobierno portugués acabará con el bloqueo a CaixaBank en BPI
El regulador bursátil suspende la cotización del banco luso cuando sus acciones subían más de un 10%
El Gobierno portugués prepara una ley para desbloquear la limitación del derecho de voto en las empresas en casos estratégicos. La norma será el primer paso para acabar con el bloqueo al que está sometido CaixaBank, primer accionista del banco BPI pero sin derechos de voto para dirigir la entidad, y, de rebote, tratar de estabilizar todo el sector bancario de Portugal.
El 10 de abril acaba el plazo que otorgó el Banco Central Europeo (BCE) al BPI para que asegure el 100% de su riesgo en el Banco Fomento Angola (BFA), del que tiene el 50,1%, frente al 49,9% de Isabel dos Santos. Dentro de BPI, CaixaBank tiene limitados sus derechos políticos al 20%, pese a poseer el 44% de las acciones. Dos Santos tiene, por su parte, el 18,5% del capital. CaixaBank lanzó una opa para elevar sus derechos políticos hasta el 44%, pero Dos Santos la bloqueó, lo que ha dejado en una situación delicada al BPI.
Antes del 10 de abril, sin embargo, el BPI convocará una asamblea general para volver a votar el fin de la limitación de votos. En la primera ocasión, CaixaBank fue derrotada, al votar en contra la empresaria angoleña, que cuenta también con el apoyo de la familia Violas, titular del 2% de los títulos de BPI. Sin embargo, la normativa que prepara el Ejecutivo dará al traste con este bloqueo.
Los rumores de compra animan las acciones
Fuentes de CaixaBank niegan cualquier negociación para hacerse con la participación de Isabel dos Santos y recuerdan que su posición es la misma que hace un año, cuando lanzaron una opa, pero con la condición previa de acabar con el límite de votos. Por otro lado, recuerdan las recientes palabras de su presidente Isidro Fainé, de no inyectar más capital en BPI mientras se mantenga el bloqueo del voto.
El mercado, sin embargo, sí espera movimientos en el capital de la entidad lusa gracias al cambio legislativo. Las acciones de BPI subían un más de un 10% al filo del mediodía, cuando el regulador bursátil ha decidido suspender su cotización. La agencia Bloomberg informa de que el banco español e Isabel dos Santos negocian la compra de sus acciones, algo que CaixaBank ha negado a este diario. "Nuestra posición no ha cambiado desde hace un año", ha afirmado por la mañana un portavoz de la entidad.
Sin embargo, a última hora de la tarde, CaixaBank remitió un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en el que reconocía estar manteniendo "contactos" tanto con BPI como con Santoro Finance —la sociedad a través de la cual Dos Santos controla el 18,5% del capital del banco luso. "En estos contactos, CaixaBank y Santoro Finance han explorado distintas alternativas para alcanzar una solución a dicha situación que pudiera ser aceptable para todas las partes interesadas, sin que hasta ahora se haya llegado a una solución en ese sentido", zanja la nota del banco.
Medidas para apuntalar el sistema bancario
La iniciativa del Gobierno socialista para eliminar los límites de votos no llega sola. Paralelamente comenzará una estabilizaron del delicado sector bancario portugués. De entrada, CaixaBank deberá lanzar una opa sobre el 100% de las acciones, lo que implica comprarle la participación a Dos Santos. A su vez, la angoleña se haría con el angoleño BFA. El BPI obtuvo de esta entidad angoleña la mitad de sus beneficios en 2015, pero la exigencia del BCE de cubrir el 100% del riesgo en aquel país, le penaliza más que los beneficios que obtiene.
Clarificada la situación en BPI, con CaixaBank dueña del quinto banco del país, Isabel dos Santos, a través de la empresa petrolífera Sonangol, debería hacerse con su rival bancario BCP, y optar así a la compra de Novo Banco, lo que les convertiría en la primera entidad del país, al menos en depósitos.
Novo Banco, la última pieza del puzle
La otra pieza en este galimatías es Novo Banco, que se creó en agosto de 2014 con los activos buenos del Banco Espirito Santo y tras una inyección de capital público de 4.900 millones. Tiene que ser privatizado antes de agosto de 2017. El primer intento resultó fallido porque las ofertas presentadas eran demasiado bajas. El segundo es el definitivo, pero la situación de la entidad no ha mejorado, pues en 2015 perdió casi 1.000 millones de euros.
Ni CaixaBank ni el Santander tienen interés en Novo Banco, así que la solución más factible —y más portuguesa—, seria la fusión con BCP, tras estar controlado por la angoleña Dos Santos. No obstante, antes, el BCP debe devolver los cerca de 700 millones de ayudas públicas que recibió.
En estos momentos, tanto el Partido Comunista como el Bloco de Esquerda, que apoyan parlamentariamente al Gobierno socialista, presionan para que Novo Banco se mantenga en la órbita pública. Pero el primer ministro Antonio Costa va a cumplir sus compromisos con el BCE. Puestos a privatizarlo, la segunda acción más impopular seria la venta a otro banco español, con lo que más de la mitad del sector quedaría en manos de entidades del país vecino. Así que, en esa disyuntiva, el Ejecutivo prefiere que Novo Banco sea adquirido por BCP y quede bajo la órbita angoleña.
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