El supervisor aconseja vincular el FLA con el cumplimiento del déficit

"La prolongación en el tiempo" de los mecanismos de financiación autonómica (FLA) —los créditos que el Estado concede a las comunidades para aliviar sus apuros de liquidez— "resalta la necesidad de que se apliquen de manera estricta los elementos explícitos de condicionalidad sobre la actuación presupuestaria de las administraciones afectadas para que estos mecanismos de apoyo no generen incentivos a políticas presupuestarias inadecuadas". Con este lenguaje hiperacadémico, el Banco de España sugiere al Gobierno que si decide mantener las líneas de financiación (FLA) para las comunidades debería vincularlos a que estas cumplen con los objetivos de déficit.

El último Boletín Económico del Banco de España, difundido este miércoles, analiza cómo las Administraciones regionales han accedido a los mercados financieros en los últimos años. Recuerda que hasta 2012, las autonomías se financiaban mediante la emisión de bonos o suscribiendo préstamos con las entidades financieras. Y a partir de 2012, coincidiendo con el embate de los mercados sobre la deuda soberana de los países periféricos han recibido la muleta del Estado a través de los sucesivos planes de pago a proveedores y las líneas de los Fondos de Liquidez Autonómica (FLA). "En los tres años que estos mecanismos han estado en vigor", señala el supervisor, "el FLA ha desembolsado un total de 62.773 millones de euros, equivalente al 6% del PIB en 2014, de los cuales un 60% se dedicó al pago directo de vencimientos de la deuda y sus intereses".

A partir de 2015, el Gobierno del PP rediseñó el FLA para incentivar que las comunidades más saneadas y rigurosas, que hasta el momento se mantenían reticentes a estas líneas de liquidez, se adhirieran a ellas. Además, el Ejecutivo decidió ofrecer estas líneas a un tipo del 0%, es decir, sin intereses, "para que las administraciones territoriales se beneficiaran de los menores costes de financiación de los que gozaba el Gobierno central". El Banco de España recuerda, también, que la adhesión a estos mecanismos conlleva una condicionalidad presupuestaria y de suministro de información para que el Gobierno pudiera incentivar a las comunidades para que cumplieran el déficit.

Los números rojos de las autonomías son una de las preocupaciones que las principales instituciones internacionales han señalado sobre España. Los Gobiernos regionales acumulan déficits públicos desde antes de la crisis y ni con las ayudas del Estado han conseguido ceñirse a sus objetivos. Por eso, el Banco de España recomienda también "estudiar la posibilidad de diseñar fondos de reserva con aportaciones regulares en periodos de bonanza económica", para sortear los profundos agujeros que se están produciendo durante estos años de crisis. La institución gobernada por Luis María Linde pone de ejemplo los fondos que se emplean en algunos estados de EE UU.

El supervisor español, además, propone que "sería adecuado reforzar la corresponsabilidad fiscal de las comunidades". Es decir, plantea que los Gobiernos regionales tengan más competencias sobre los impuestos y que los ciudadanos puedan identificar claramente que las subidas o bajadas de estos corresponden a las autonomías y no a decisiones estatales