Los sindicatos piden en año electoral “cambio político” para salir de la crisis
Solo unos pocos miles de manifestantes celebran el Primero de Mayo en Madrid
Solo ha pasado un día después de que el Gobierno saliera presentado unas optimistas previsiones económicas, Faltan poco más de dos semanas para las elecciones municipales y autonómicas, y unos meses de los comicios generales. Y los sindicatos mayoritarios aprovecharon este viernes el Primero de Mayo para reclamar un “cambio político”. “Sería necesario un cambio de actores en el Gobierno, pero sobre todo de políticas”, reclamó el líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, al final de la marcha madrileña del Primero de Mayo, en la que los sindicatos mayoritarios tuvieron escaso poder de convocatoria. “Este debe ser el año del cambio”, apostilló el líder de UGT, Cándido Méndez. Este año se han celebrado cerca de 80 manifestaciones en toda España con motivo del día del Trabajo.
Las elecciones y el mensaje de salida de la crisis que trata de transmitir el Gobierno —“si se cumplen estas previsiones, se puede dejar atrás la crisis”, había proclamado el ministro de Economía, Luis de Guindos, el día anterior— estuvieron más presentes en los discursos de los líderes sindicales que sus reclamaciones cotidianas de los últimos tiempos: ganancia de poder adquisitivo de los salarios o renta mínima. “Cómo se puede hablar de que las cosas van bien en esta situación tan tremenda. No se lo cree nadie. El único respaldo es el hecho de que hay elecciones. La realidad es absolutamente contraria”, atacó en clave electoral, en el que será su último Primero de Mayo como secretario general de UGT. "España no puede confiar en que va a salir de la recesión cuando hay millones de hogares en crisis", dijo Toxo.
La manifestación mostró el debilitado poder de convocatoria sindical
“Ya no vale hablar de empleos”, prosiguió el líder de UGT, en referencia a la previsión del Ejecutivo de acabar la legislatura con 17.000 puestos de trabajo más que al comienzo. “De qué empleos hablan, qué salarios tienen, con pocas cotizaciones, son empleos por horas”, criticó en una Puerta del Sol, que se vaciaba conforme se alargaban los discursos, hasta quedar unos pocos centenares cuando al final del acto sonó La Internacional.
La manifestación, a la que acudieron unos pocos miles, mostró el debilitado poder de convocatoria de los sindicatos en los últimos años en el Primero de Mayo. Entre los manifestantes, la mayor parte de ellos habituales en la convocatoria, se admitía la baja afluencia. Achacan la causa al puente, a que en Madrid también el 2 de mayo es festivo, señalaba Asun Merino, una trabajadora en paro, afiliada de CC OO, que acude todos los años a la manifestación: “Solo he faltado tres años, uno por el parto de mi hija y otros dos por celebraciones familiares”. Fernando y Juan, dos antiguos trabajadores de UGT y del desaparecido diario Ya y habituales en la convocatoria, también reconocían lo “lánguido del día”. Ellos, además del puente “y más allá de la corrupción”, defienden que también está la debilidad de los sindicatos, que se debe a la falta de apoyo de los Gobiernos “de la derecha”.
Quien sí acudió a la marcha madrileña, que transcurrió bajo el lema Así no salimos de la crisis en toda España, fue Ángel Gabilondo y Antonio Miguel Carmona, candidatos socialistas a la Comunidad y la Alcaldía de Madrid, respectivamente, escoltados por Mari Luz Rodríguez y Pedro Zerolo, de la Ejecutiva federal del PSOE. También estuvieron presentes los candidatos de Izquierda Unida en Madrid, Luis García Montero (Comunidad) y Raquel López (Ayuntamiento), acompañados por el coordinador general de la coalición en toda España, Cayo Lara.
Este año se han celebrado cerca de 80 manifestaciones en toda España con motivo del día del Trabajo.
El secretario general de este partido, Pedro Sánchez, había ido a Valencia, donde los discursos de los líderes sindicales regionales también reclamaron un “cambio político” antes de las elecciones, informa Ignacio Zafra. En Barcelona, donde los sindicatos calcularon una asistencia de unas 60.000 personas y la Guardia Urbana 10.000, estuvieron candidatos a la alcaldía como Ada Colau, de Barcelona en Común, y el socialista Jaume Collboni, informa Stefanía Gozzer.
En Madrid no estuvieron presentes los líderes de Podemos. Y pese a ello, en el discurso de Toxo estuvo presente de forma indirecta esta formación política, y no precisamente de forma crítica. Defendió que la Unión Europea está utilizando a Grecia y sus negociaciones con el Gobierno de Alexis Tsipras, de Syriza, para castigar una opción política elegida democráticamente que no gusta en Bruselas y blandirlo como ejemplo de lo que puede suceder si en otros países se vota por opciones similares. “Grecia, España, Portugal. Se merecen otros gobernantes”, clamó.
Toxo sí que hizo sitio en su discurso a la última reivindicación añadida por CC OO y UGT a su agenda: la prestación mínima para más de dos millones de personas que no tienen otro tipo de ingresos tras más de siete años de crisis. Pero tanto uno como otro no cargaron las tintas sobre los salarios y las ganancias de poder adquisitivo que han vertebrado sus discursos en los últimos meses. Eso lo dejaron para las declaraciones previas a la manifestación. Méndez incluso se atrevió a fijar un nuevo plazo a la negociación que mantienen ambas centrales con la patronal CEOE, habló de dos semanas. Toxo, por su parte, afirmó que “los salarios tienen que ganar protagonismo” antes de comenzar la marcha.
El ERE de Coca-Cola, protagonista
En la manifestación del Primero de Mayo en Madrid se dieron cita casi todas las protestas, colectivos y reivindicaciones que han protagonizado algún tipo de conflicto en los últimos años. Había asistentes que llevaban el peto reivindicativo de los trabajadores de Telemadrid, afectados por el despido colectivo efectuado hace un par de años. También había un grupo que llevaba la pancarta reivindicativa de la llamada Marea Verde, que se opone a los recortes en la educación pública.
Pero el protagonismo este viernes recayó en los trabajadores de Fuenlabrada afectados por el ERE de Coca-Cola. Formaban un grupo amplio y ruidoso. Coreaban consignas contra el Gobierno y otras que celebraban el fallo del Tribunal Supremo que ha anulado el despido colectivo. Vestido de rojo, como todo el colectivo, con una gorra calada, de la que pendía un pin con el nombre espartanos (como se hacen llamar los trabajadores de la planta de Fuenlabrada), caminaba con el grupo Sebastián Bella, de 48 años. "Vengo todos los años. Ya venía con mi padre y he seguido viniendo", explicaba. A continuación, pasa a relatar su situación laboral tras el fallo del alto tribunal: la empresa, dice, la embotelladora de Coca-Cola en España, ya les ha pagado siete meses, pero todavía les adeuda cinco. Y dice que les tienen que dar de alta otra vez. Mientras habla, se oye una consigna: "El consumidor, con el trabajador". Una referencia al boicot que promueven contra la marca. Los cánticos se mezclaban con uno de los gritos más clásicos del Primero de Mayo, que coreaba otro grupo: "Que viva la lucha de la clase obrera".
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