La deuda externa sufre su mayor aumento desde que empezó la crisis

La amenaza del desequilibrio exterior se cierne de nuevo sobre la economía española. En cuanto el crecimiento económico ha empezado a tomar algo de cuerpo, la luz de alarma se ha encendido en algunos indicadores que venían mejorando desde 2009. En el arranque de este año, las importaciones crecen más que las exportaciones, lo que lastra la recuperación. Y los problemas de deterioro de la balanza de pagos se han puesto de manifiesto en dos indicadores recién difundidos por el Banco de España. La deuda externa creció en el primer trimestre a su mayor ritmo desde que empezó la crisis y la posición de inversión internacional de España ha marcado un nuevo récord con el que casi alcanza el 100% del producto interior bruto (PIB).

Según datos del Banco de España, la deuda externa española aumentó en 38.615 millones en el primer trimestre, hasta situarse en 1,67 billones de euros, el 163% del PIB. La deuda externa son los pasivos que la Administración, las empresas, los bancos, las familias y el propio Banco de España tienen frente al exterior. Su elevado nivel es una de las pesadas herencias de la época de la burbuja. Es el indicador macroeconómico que mejor resume que España vivía por encima de sus posibilidades. Se triplicó en apenas una década y llegó a marcar un máximo absoluto de 1,78 billones en marzo de 2010. Desde mediados de 2012 se había estado reduciendo con fuerza, pero en el arranque de este año ha sufrido su mayor incremento desde el tercer trimestre de 2008, el primer año de la crisis.

El principal motor de ese aumento de la deuda externa son las Administraciones Públicas, cuyo endeudamiento frente al exterior se acerca ya al de los bancos.

Por su parte, la posición de inversión internacional (PII) es otra estadística macroeconómica que resume las relaciones entre los residentes de una economía (la española en este caso) con los del resto del mundo. Muestra el valor de las tenencias de activos y pasivos financieros frente al exterior, es una especie de deuda externa neta: el saldo entre los pasivos de España frente al exterior y los activos de la economía española en el resto del mundo. En el primer trimestre, el saldo negativo de la PII ha alcanzado un récord de 1,021 billones, el 99,8% del PIB. En el aumento de ese desfase influye que las inversiones en cartera (las acciones y títulos de deuda españoles) se han revalorizado, pues los activos y pasivos se miden a precios de mercado.

Laa balanza de pagos muestra también un desplome de la inversión directa en España este año. De enero a abril, ha sido de 5.296 millones, la mitad que en el mismo periodo de 2013.