'Primavera árabe'
Con la salida de Irak de los últimos soldados norteamericanos se cierra una etapa muy controvertida de las relaciones internacionales que supuso un auténtico cisma entre aliados tradicionales europeos y occidentales. Pero creo que sería injusto no advertir el muy importante cambio que ha supuesto esta intervención tan larga y costosa en todos los órdenes y para muchas sociedades.
Desde el 11-S, Al Qaeda se convirtió de facto en una potencia mundial capaz de enfrentarse a Estados Unidos y Bin Laden en el líder de esta nueva potencia, dotada de un plus de eficacia y espectacularidad gracias a su desdibujada estructura y el masivo apoyo en las sociedades musulmanas. Hoy, tras los últimos atentados en Irak, es obvio que no todos los objetivos se han cumplido, pero sería absurdo negar que Al Qaeda ha quedado reducida a un grupo terrorista más, con una influencia limitada.
Las sociedades musulmanas han tomado la iniciativa y los viejos sátrapas se ven convulsionados por jóvenes, funcionarios y militares que exigen un cambio que les aproxime al siglo XXI. Posiblemente el mundo occidental se encuentre actualmente en una situación más favorable a un entendimiento con las sociedades musulmanas.
