Las aventuras de Tintín en el arte contemporáneo
Francesc Ruiz emplea personajes clásicos de la novela gráfica como nueva estrategia de creación
"No hago cómic, lo utilizo como una herramienta para intervenciones de arte contemporáneo, como podría usar el vídeo u otro material". Lo asegura el artista catalán Francesc Ruiz, delante de las imágenes -a primera vista páginas de cómic ampliadas a grandes dimensiones- que cuelgan de las paredes de la galería Estrany-de la Mota de Barcelona, en el marco de la muestra The Yaois, abierta hasta el 25 de febrero. En ella Ruiz utiliza la lógica del yaoi, el cómic homoerótico japonés producido y consumido por mujeres, para realizar un recorrido por diferentes ejemplos de producciones paródicas de erotismo masculino. "Las hay de todo tipo: desde las Biblias de Tijuana, que no eran biblias y no se hacían en Tijuana, sino en los Estados Unidos en los treinta, pasando por cómics más o menos homófobos, hasta las versiones apócrifas de Tintín y Disney que circulan en la Red", explica Ruiz.
De Japón a Egipto, donde el artista ideó su proyecto 'The paper trail'
La estrategia de elevar el cómic al arte no es nueva; basta con pensar en las archiconocidas viñetas pop de Roy Lichtenstein o en el fervor con el que en los noventa las galerías abrazaron los delirios del gurú de la viñeta underground R. Crumb, a quien el todopoderoso crítico Robert Hughes definió como un "moderno Brueghel el Viejo". Y en ese empeño, Ruiz tampoco está solo. Desde el mítico Raymond Pettibon, a Carlos Pazos, Julian Opie (con sus característicos personajes minimalistas y asexuados), o los japoneses Takashi Murakami y su discípula Mariko Mori, ambos influidos por la estética manga.
Ruiz se caracteriza por un enfoque político y cosmopolita. Para este proyecto, el artista ha ensamblado grupos de imágenes, extraídas de Internet, protagonizadas por personajes del mundo de la fantasía (Donald), el arte, la música, la política o el deporte. "El montaje se inspira en el catálogo del Comiket de Tokio, el mayor evento dedicado a la cultura yaoi, un espacio único en el que las leyes del copyright desaparecen y donde está permitido copiar, versionar y plagiar a los personajes más populares de la industria del cómic y del manga", explica Ruiz.
Del Japón de sus últimos trabajos al Egipto del proyecto The paper trail, que ahora se presenta en la Fundación Suñol de Barcelona. La muestra consiste en tres piezas: una instalación, un cómic y un póster original, que anunciaba la inauguración de la primera tienda especializada en novela gráfica de El Cairo, que finalmente nunca logró abrir sus puertas. La instalación Cairo Newsstand reproduce un quiosco de prensa egipcio con todas las publicaciones del 9 de mayo de 2010, 56 en total, todas intervenidas por el artista con frases, encerradas en los bocadillos característicos del cómic, que van de la sabiduría popular a la alegoría política. El cómic The green detour es como una road movie en dibujos que lleva el lector por las calles de una ciudad sumida en la brutalidad policial, la censura, la corrupción y la ley de emergencia. "Es un recorrido por El Cairo prerrevolucionario de la mano de los cuatro personajes principales de la novela gráfica egipcia: Tintín, protagonista del pasado colonial; Donald, símbolo del intervencionismo estadounidense; Samir, el niño del régimen, hijo de la revolución de Nasser de 1952; y el Ciudadano Machacado, un funcionario con aspecto de momia, que apareció en la década de 1980 y fue posteriormente prohibido por la censura", dice Ruiz. El relato se concluye con una imagen pesimista de los personajes sumidos en la neblina, tras un angustioso viaje en metro, un guiño a The Metro, de Magdy El-Shafee, considerada la primera novela gráfica moderna para adultos de Egipto, que poco después de su publicación en 2008 fue retirada y su autor incriminado. En 2012 The Metro se editará en inglés por Metropolitan Books.
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