El monocultivo causa plagas de insectos y hongos que amenzan la masa forestal
Cuatro grandes plagas arrasan los montes gallegos - Grupos ecologistas advierten de que estas pestes son un "aviso" y "llegarán otras" si no se diversifican las plantaciones
Que se sepa no son plagas bíblicas, pero según defienden los ecologistas vienen a castigar los pecados del hombre, que contamina, que acelera con su modo de vida y su industria el cambio climático y prima el monocultivo frente a la biodiversidad, en busca de una rentabilidad económica inmediata. Arrasando kilómetros de bosque desde A Mariña a Salvaterra, haciéndose fuertes en Terra de Lemos, siguiendo el curso de los ríos hacia el mar, insectos y hongos devoran arboledas enteras sin que, como en el caso de la plaga que seca los alisos de las riberas, se sepa cómo combatirlos.
Otras veces, como sucede con el nematodo del pino, la única terapia posible es la más radical: la Xunta pone en cuarentena el monte enfermo, y ordena a los propietarios la tala masiva y el tratamiento térmico (solo algunos aserraderos tienen los medios) de toda la madera verde que se quiera comercializar en los pinares que caigan dentro de un perímetro de 20 kilómetros de ancho desde la zona afectada. La madera del área donde se detectó la plaga solo vale, además, para triturar.
Aunque ya están presentes algunas pestes más y hay "otras que van a llegar", el nematodo, el goníptero del eucalipto, la pulga del carballo y el hongo del ameneiro fueron penetrando en Galicia durante la última década y son hoy las mayores amenazas. Representan, además, "los primeros avisos de que el modelo no funciona", defiende Xabier Bruña, vocal de Medio Rural en Adega. El monocultivo, una práctica que se ha generalizado en el monte desde hace algo más de tres décadas, "es nefasto", continúa el ingeniero agrícola, "y además los productores deberían darse cuenta de que, si solo tienen para vender un tipo de madera, les puede pasar como a los ganaderos centrados en producir leche, que será el comprador quien fije el precio: no pueden permitirse no venderla si el precio no les gusta porque dependen de eso para vivir".
El nematodo (Bursaphelenchus xylophilus), un gusano minúsculo que seca los pinos en pocos meses, se transmite de árbol en árbol gracias a los pequeños viajes aéreos de un escarabajo, el insecto vector que lo transporta y que últimamente está siendo perseguido. Los agentes forestales instalan ahora trampas con feromonas para capturarlos. El gusano fue detectado en el sur de Pontevedra después de atravesar la raia a bordo del escarabajo, y los productores de Salvaterra y As Neves han tenido que cortar toda la madera. A Portugal llegó en barco, desde Estados Unidos, en una importación de madera. En esta especie también está haciendo mella el Fusarium circinatum, causante del cáncer del pino, que penetró por la cornisa cantábrica se cree que también después de un viaje trasatlántico desde Norteamérica.
El hongo de los ameneiros (Phytophthora alni), entró por el norte de Europa desde Inglaterra, hace tres años prendió en alisos del Miño y del Sil, se hizo fuerte en la Terra Chá, y desde Lugo y Ourense alcanzó ya las Fragas do Eume o el embalse de Cecebre. La plaga se transmite a través del agua, y afecta ya a cuencas de toda Galicia. Los árboles enfermos se secan y caen al río. Atascan el cauce y el ecosistema se altera porque, al faltar la sombra, la temperatura del agua aumenta.
Los robles, sobre todo en el sur de Lugo y en Ourense, son atacados por la Altica quercetorum. La llamada pulguita del carballo debilita los árboles, que amarillean y pierden la hoja aunque no sea otoño, y se vuelven vulnerables a todo tipo de pestes. En 2008, Medio Rural declaró la plaga en 16 municipios, pero después de una campaña de tratamiento, la pulga persistió en buena parte del territorio. Este año, los ayuntamientos afectados casi duplican los de 2008, y Sober es uno de los más castigados. Para combatir la peste, se fumigan los árboles desde tierra con un insecticida "bastante generalista", critica Fins Eirexas, secretario ejecutivo de Adega, "que ataca a otras especies".
Por la Mariña y varias comarcas costeras de A Coruña dominadas por el eucalipto, se extiende el Gonipterus scutellatum, procedente de las antípodas. Los árboles, de rápido crecimiento, dejan de medrar. Para combatir el gorgojo, la Administración está recurriendo a la lucha biológica. En primavera y en otoño suelta bolsas cargadas de huevos parasitados con una avispa australiana (Anaphes nitens), la principal depredadora de las larvas de goníptero. Pero los productores creen que los medios empleados no bastan.
Eucaliptos sin culpa
"El nematodo del pino. ¿Una oportunidad para nuestro monte?", se titula una serie de artículos que publica en grupo naturalista Axena a favor de un replanteamiento de las explotaciones forestales. Los grupos ecologistas parecen de acuerdo en que, tanto o más que el cambio climático, el monocultivo está en la raíz de las plagas forestales. "Ya no estamos en contra del eucalipto", comenta Bruña, "ese no es el problema. Si todo fuese carballo, sería igual de malo. Lo que hay que hacer es diversificar". Los productores deben "asumir que si apuestan a una sola carta y salen triunfos, estupendo, pero ¿y si no? ¿Y si ocurre como en Salvaterra, A Mariña o Sober? El monocultivo trae muchos problemas económicos".
Ante este panorama, "es peligroso no intervenir, dejar hacer, como ocurre con la Xunta, que no prima la diversificación", afirma el representante de Adega. Las especies más vulnerables al cambio climático y las plagas son, precisamente, las preferidas por el hombre para plantar. El eucalipto que ataca el goníptero es el globulus, que crece muy rápido y es muy rentable porque cada árbol, una vez talado, rebrota hasta cinco veces. En su lugar, para combatir la plaga, se está recurriendo al nitens. Los ecologistas opinan que de esta manera, lo único que se está haciendo es posponer el problema. En 10 años, todo será nitens y vendrán otras plagas.
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