Tierra llamando a Sinéad O'Connor
Los irlandeses se han ido acostumbrando a los excesos verbales de su paisana Sinéad O'Connor, una cantante tan notable como irregular y propensa a la controversia. Pero ya sea por exceso de sinceridad o por un incontrolable instinto provocador, la mujer que en 1990 obtuviera un éxito mundial con Nothing compares 2U ha recrudecido en las últimas semanas su verbo descarnado. A lo largo de un artículo para el Sunday Independent irlandés y de sucesivas entradas en su blog, O'Connor ha explicitado sus deseos de encontrar un nuevo acompañante masculino ("y bien peludo"). Entre los requisitos, ninguno ha causado tanto revuelo en la muy católica isla Esmeralda como este: "Cualquier hombre que me interese tiene que practicar el sexo anal. Si no te gusta entrar por atrás, no envíes tu candidatura".
"Cualquier hombre que me interese tiene que practicar el sexo anal. si no te gusta entrar por atrás, no envíes tu candidatura", lanzó a través de su blog
A algunos les divirtió, a otros les escandalizó. Pero esta singular dublinesa de 44 años no quiso quedarse ahí. En otro artículo posterior precisó que se sentía "orientada vaginalmente en un 99,99%", pero matizó: "Cuando en alguna ocasión he experimentado en el orificio incorrecto, lo he disfrutado inmensamente". Fue en ese mismo escrito donde explicitaba su devoción por un célebre presentador de la televisión irlandesa, Ryan Tubridy ("prometo comportarme como una dama cuando me invites a tu programa, a menos que me beses. En tal caso me derretiré"). Y donde hacía públicas sus carencias odontológicas: "Mi boca es gloriosa, aunque en estos momentos se encuentra a la espera de un implante".
¿Verborrea? ¿Afán promocional? ¿Personalidad cambiante? Quienes la conocen aseguran que, probablemente, todo ello a la vez. Sinéad O'Connor siempre ha hablado de su infancia traumática y tiene diagnosticadas desde hace años dos enfermedades graves: fatiga crónica y trastorno de bipolaridad. Es creativa y arrolladora, pero también terriblemente insegura. Ha grabado discos muy notables y se ha sumergido en silencios inescrutables. "He tenido la autoestima muy baja y llegué a pensar que era una persona despreciable", se sinceró el año pasado en este periódico. Aquel día se sentía "absoluta e increíblemente maravillosa". En algún tuit reciente, en cambio, manifiesta: "Tengo una cita con una banana. Mi vida emocional/sexual es una mierda".
"Es una mujer brillante pero surrealista, muy rarita", anota un promotor de conciertos que por dos veces ha tenido que cancelar un concierto de Sinéad en España ("la última vez adujo un raro principio de neumonía, pero no quise escarbar en el tema"). Si todo va bien, O'Connor pisará este próximo mes de noviembre los escenarios de Sevilla, Málaga, Madrid, Barcelona y Santa Cruz de Tenerife. Ha ganado peso respecto a su gira española del verano de 2010, pero dicen que mantiene la buena forma vocal y que adelantará temas de su próximo disco, Home, un teórico retorno al pop combativo y luminoso que la hizo célebre a finales de los ochenta. Prometió tenerlo listo para principios de 2011, pero sus fieles confían en que su enésimo incumplimiento de plazos merezca esta vez la pena. De momento, incluirá una versión de Queen of Denmark, un tema del cantautor de culto John Grant.
Sería una lástima que los demonios interiores acabaran devorando a la mujer que mejor simbolizó el feminismo en el rock
de los últimos años. Las alarmas se desataron hace unas semanas cuando escribió en Twitter: "Tengo ganas de ir al cielo. Llevo años deseándolo, no puedo soportarlo más. Lo malo es que arruinaría la vida de mis [cuatro] hijos". Luego aclaró en su web que sus tuits no debían tomarse en serio y que el suicidio "no resuelve ningún problema, solo los agrava". Pero remachó: "No hay nada de malo en tener instintos suicidas. Son olas que pasan".
La serenidad no parece consustancial a la vida de Sinéad. A muchos de sus seguidores les desazona tanto comentario chirriante. Pero la música, al final, siempre vence a los arrebatos de locuacidad. En una encuesta que el diario Metro de Londres realizó en septiembre de 2009, Nothing compares 2U apareció en el cuarto puesto entre las canciones que más hacían llorar a los hombres británicos. De emoción, claro. Que es de lo que se trata.
historial de sobresaltos
La vida nunca ha sido sencilla para Sinéad Marie Bernadette O'Connor, tercera de cinco hijos y víctima de malos tratos maternos. Pasó la adolescencia en un reformatorio después de que la descubrieran robando zapatos y no recuperó la autoestima ni cuando The Edge, el guitarrista de U2, la descubrió con veinte años y le ofreció cantar un tema precioso, 'Heroine'. Todos la recuerdan rompiendo una foto de Juan Pablo II ante las cámaras de la NBC (en la foto, el 3 de octubre de 1992), como protesta frente a los abusos sexuales de sacerdotes católicos. Pero lo pasó peor aún tras perder la custodia de su hija Roisin, que hoy tiene quince años. Enfurecida, raptó a la pequeña en Londres y se escapó con ella a Dublín. Cuando la descubrieron, ingirió veinte pastillas de Valium y permaneció día y medio en coma. En 1998 fue ordenada sacerdotisa de los disidentes cristianos Tridentina Latina, pero ahora parece haber encauzado su espiritualidad a través de los rastafaris jamaicanos. "Si yo fuera Dios, escucharía discos de música rasta", sostiene.
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