La ilusión del espacio de Vasarely
Una galería malagueña exhibe 19 obras del artista húngaro, precursor del 'op art'
Quienes se quedaron asombrados ante el magnetismo que desprende Feny, la obra de Victor Vasarely que cierra el recorrido de la muestra La tradición moderna en la Colección Carmen Thyssen -que hasta mediados de octubre se exhibe en el Museo Thyssen de Málaga-, tienen hasta el 22 de noviembre una oportunidad única para adentrarse más a fondo en el particularísimo mundo de este artista húngaro, precursor del op art y creador esencial del siglo XX.
Una oportunidad que brinda la galería malagueña Gacma, ubicada en el parque industrial Santa Bárbara de la capital, que exhibe 19 piezas de mediano formato correspondientes a distintas etapas creativas de Vasarely."La muestra reúne obras gráficas: litografías, serigrafías y grabados. Quizá lo que más sorprende al visitante es la serie de serigrafías, ya que son fiel reflejo de la manera de trabajar de Vasarely en acrílico sobre lienzo. Técnicamente son espectaculares, y algunas contienen hasta 13 tintas distintas en degradado, lo que produce un efecto óptico impactante", explica Cecilio Rodríguez, director de la galería Gacma.
La sala Gacma muestra litografías, serigrafías y grabados
Otra pieza que contiene las esencias de la creatividad de Vasarely es, según Rodríguez, G-linn, serigrafía creada entre 1951 y 1956 "que mantiene el sabor de esos años y que se encuentra entre una obra de Juan Gris y una de las famosas guitarras de Picasso". Tampoco podía faltar en la exposición la figura de la zebra, reflejada en una serie de serigrafías. Zebra es el título de una obra de Vasarely de 1930 considerada como la primera obra mayor del artista y precursora del arte óptico.
Victor Vasarely (Pécs 1906-París 1997) fue alumno de la Bauhaus de Budapest, a la que llegó atraído por Mondrian y Malévich. Se trasladó a París, donde fijó su residencia en 1930 y donde trabajó como publicista. Empezó su carrera artística relativamente tarde, a los 37 años. En 1955, publicó Manifiesto amarillo, en el que recoge sus ideas sobre el arte, al que atribuía un fin social. Entre otras cosas, dice: "No podemos dejar indefinidamente el disfrute de la obra de arte solo a la élite de conocedores. El arte del presente se encamina hacia formas generosas, recreables a placer; el arte del mañana será un tesoro común o no será".
"Sus experimentos cinéticos, que transformaban la superficie plana en un mundo de infinitas posibilidades, mucho antes del advenimiento de los ordenadores, marcaron una era en la historia del arte. Su aspiración era crear una síntesis entre pintura y plástica, donde la pintura tuviera todas las prerrogativas de una escultura en dos dimensiones. Artista cinético, para él la noción de movimiento se relaciona con la ilusión del espacio. De la unión entre estos dos elementos nace la obra plástica", dice Antonella Montinaro, gerente de la galería Gacma.
