El incendio de Mijas devora 14 casas y 400 hectáreas de arbolado

Un gran cartel blanco da la bienvenida al conductor a la urbanización La Mairena, un residencial de lujo a caballo entre Marbella y Ojén (Málaga), cercano a la mansión del cantante Julio Iglesias. El anuncio, uno de tantos que durante la época del boom inmobiliario prometían el paraíso en forma de ladrillo, reza: "Dos millones de metros cuadrados de arbolado para su descanso". A medida que el coche se adentra por la maraña de calles del complejo, el cartel cobra un sentido más trágicamente irónico. Gran parte de esos dos millones de metros cuadrados de árboles, algunos ejemplares centenarios de alcornoque y encina, ya no son sino esqueletos negros sobre una alfombra de ceniza humeante. El silencio solo lo rompe un enjambre de helicópteros y aviones de extinción de incendios que, con maniobras un punto por debajo de lo suicida, cargan agua en el mar y en los lagos de los campos de golf cercanos y la sueltan sobre el terreno para enfriarlo.

El peor incendio de la provincia de Málaga en los últimos años se inició el domingo a última hora de la tarde en el paraje de Entrerríos, en Mijas. En apenas doce horas, las llamas arrasaron más de 400 hectáreas de bosque y matorral. El fuego, avivado por el viento de terral -esa maldición del clima de la Costa del Sol, con temperaturas de más de 35 grados y sequedad aplastante- se llevó por delante 14 viviendas, casi todas ellas granjas diseminadas por la sierra de Mijas. Más de medio millar de personas tuvieron que ser desalojadas de sus casas en una noche de terror. Unas 900 personas -200 en Mijas, 200 en Ojén y 500 en Marbella- tuvieron que ser desalojadas de sus casas en una noche de terror y tres colegios no pudieron iniciar las clases. Más de 200 bomberos de parques de toda la provincia y venidos de Cádiz, Córdoba, Granada y Sevilla participaron en la extinción. El fuego quedó estabilizado alrededor del mediodía de ayer.

El hecho de que las llamas se iniciaran en al menos dos focos diferentes, en una zona abrupta y al caer la noche, cuando los medios aéreos no pueden actuar, hace pensar a los técnicos que se trata de un incendio intencionado. Además, el día anterior se registró otro incendio, también intencionado, en un paraje de Ojén. Algunas fuentes cuentan que a la hora de iniciarse el fuego unos hombres en moto de campo circulaban por el paraje.

Desde el adosado del traductor Benito Gómez y de su esposa, María Antonia Fernández, en la urbanización Terrazas de Monte Elviria, de Ojén, se puede apreciar el recorrido casi completo de las llamas. La lengua de fuego avanzó unos siete kilómetros desde el paraje de Entrerríos hasta las inmediaciones de la urbanización Calanova Golf, situada al norte de la autopista de peaje AP-7. "Estaba regando las plantas y de repente vi una columna de humo en la zona de Mijas. Al poco rato otra por la parte de Ojén. Y yo que pensaba que este año nos habíamos librado...", comenta Fernández.