_
_
_
_
_

Nàquera no sabe cuándo podrá saldar la deuda heredada de 22 millones

Los vecinos, impactados por las deudas y gastos del anterior Gobierno municipal

Pablo Ferri

El alcalde de Nàquera, Damián Ibáñez, reunió ayer a más de 200 vecinos en asamblea para explicarles que su predecesor, el popular Ricardo Arnal, les ha dejado una deuda gigantesca, 22.040.769,05 euros. Ibáñez empezó a hablar pasadas las 19.30 y los murmullos cesaron. "El Ayuntamiento ingresa dinero de licencias de obra sobre todo y gasta en limpieza, luz, vehículos, informática... Llevamos un mes aquí y hemos comprobado que los gastos municipales han superado notablemente los ingresos. ¿Consecuencia? Una gran deuda de un déficit acumulado durante años y un gasto irresponsable que no se ha traducido en infraestructuras o servicios". "Encima que estamos endeudados, tenemos lo que tenemos", sentenció.

El anterior equipo gastaba 120.000 euros en representación

La semana pasada, el nuevo Gabinete dio la voz de alarma. Un mes después de tomar posesión, el alcalde Ibáñez, antiguo militante del PP, informaba de que el pueblo, con 5.643 habitantes, debe 3,1 millones de euros más intereses a los bancos; 5,2 millones a proveedores y 13,7 millones al constructor del edificio Acsís, un auditorio y centro social que el antiguo alcalde mandó construir en el corazón del casco urbano.

Ibáñez convocó a sus vecinos para explicarse, para avisar de que llegan tiempos de austeridad, que mejor si cada uno se barre la puerta de casa y así, "con pequeños ahorros, se conseguirá uno mayor". El actual alcalde no supo contestar, sin embargo, cuánto tiempo tardará Nàquera en pagar los 22 millones que debe.

Antes de entrar a la asamblea, los vecinos esperaban en la plaza del Ayuntamiento. "Yo creo que todavía no lo sabrán todo", decía un vecino con gallato. "Si es verdad lo que dicen, si es verdad que la deuda es esa y han robado dinero, que denuncien; si no, que se callen y dejen al pueblo tranquilo".La concejal de Hacienda, Milagros Benlloch, desglosó la deuda y concluyó que "si se sospecha que se han desviado caudales públicos, se pondrá en conocimiento de la justicia". Los vecinos no daban crédito a que el edificio Acsis, aún por terminar, vaya a costar 13,7 millones de euros. "Francamente, es una barbaridad", criticó uno. En este sentido, el salón de actos del Ayuntamiento, donde se celebraba la asamblea, rompió el silencio cuando escuchó algunas de las partidas presupuestarias de años anteriores. El alcalde Ibáñez, que habló mucho de austeridad, de revisar convenios del Gobierno anterior o de eliminar despilfarros, citó por ejemplo los 120.000 euros que se preparaban entonces para gastos de representación o los 300.000 que su predecesor destinaba a las fiestas de la localidad. Gran parte de los suspiros de los vecinos se oyeron precisamente cuando sus representantes trataron este apartado. La Concejalía de Fiestas informó, por ejemplo, de que este año ahorrarán 20.000 euros en el libro de fiestas, otros 13.000 en la orquesta y discomóvil y 70.000 en las actuaciones. Algunos vecinos reían, otros se miraban incrédulos.

Los asistentes preguntaron por todo. Apuntaron que si hay que apretarse el cinturón, que se tenga en cuenta la educación y la seguridad. Un vecino inquirió por el tiempo que tardará el pueblo en pagar la deuda. El alcalde no lo sabía, aún no. "Llevamos un mes trabajando a muerte y estamos haciendo un esfuerzo por la transparencia enorme", justificaba el secretario general de Ivin, una de las formaciones del tripartito que gobierna la localidad.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Nàquera, con 5.643 habitantes y más de 100 trabajadores municipales, vivió la fiebre del oro de la construcción durante la última década. Los ingresos por las licencias de obra fluían a las arcas municipales como en tantas otras localidades de la Comunidad Valenciana. El pueblo, en las faldas de la sierra Calderona, desarrolló sus urbanizaciones -ahora cuenta 12- y exageró sus ingresos en los presupuestos. Ahora la deuda llama a la puerta.

El anterior alcalde, Ricardo Arnal, explicó la semana pasada que la deuda apenas alcanzaba los cinco millones de euros. El nuevo equipo de Gobierno, con informes de la Intervención, elevó ayer la cifra a 22. "Hacían presupuestos imaginarios", reflexionaba ayer el alcalde Ibáñez, "Arnal decía que recaudábamos una cosa y luego gastábamos otra", continuaba. De esta manera, el alcalde, que dejó el PP medio obligado por sus "enfrentamientos" con Arnal, propone apretarse el cinturón y "rascar" de donde se pueda, desde renegociar el pago de intereses a los bancos, a reducir el gasto corriente. "Aquí tenía teléfono hasta el apuntador, para que te hagas una idea", explicaba.

La asamblea terminó pasadas las 20.30 con un estruendoso aplauso al alcalde. Luego, en la plaza, igual que antes de entrar, las opiniones diferían. Rafa, vicepresidente del equipo de fútbol de Nàquera, sentenciaba algo dudoso: "Mira, nosotros no entendemos nada de esto. La política es una gran mentira. Estos nuevos entran pensando ya en las próximas elecciones". Estaba enfadado, el club, explicaba, ha perdido la subvención municipal, 14.000 euros "básicos" para existir.

El salón de plenos del Ayuntamiento de Nàquera se llenó.
El salón de plenos del Ayuntamiento de Nàquera se llenó.MÒNICA TORRES

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_