Los poderes de la berza
Científicos del CSIC descubren el potencial antioxidante de la planta
Berzas contra la crisis. Y berzas, también, contra los radicales libres. Berzas enriquecidas, contra todo pronóstico, con un inusitado poder antioxidante. La humilde planta gallega da un salto cualitativo y se convierte en exponente de los cultivos hortícolas de las brásicas (de la familia de las crucíferas que incluye, además, repollo, coliflor, brécol, asa de cántaro y nabicol) a raíz de un estudio realizado por investigadores del CSIC de la Misión Biológica de Galicia (MBG), en Pontevedra. Los análisis científicos desvelan que, pese a que todas las brásicas poseen compuestos y sustancias beneficiosas para la salud -según han desvelado estudios recientes-, la berza es la que cuenta con mayor poder antioxidante de todas ellas.
La humilde verdura gallega es más eficaz contra los radicales libres
La investigación revela que es mejor para el organismo consumirla joven
"Tiene una unidad más [de antioxidantes] que el brécol", explica el poderío de la planta la bióloga Pilar Soengas -investigadora principal del proyecto y científica del CSIC en el Grupo de Genética y Mejora de Brásicas de la MBG-, que ordena de mayor a menor la capacidad de neutralización de los radicales libres de estos cultivos. Y en esta relación se sitúan tras la berza, el brécol, el asa de cántaro, el nabicol, el repollo y, por último, la coliflor.
A través de la ingesta habitual de esta planta, los gallegos llevamos siglos luchando con naturalidad contra los radicales libres, así como contra otras enfermedades -cardiovasculares, inflamatorias y neurodegenerativas, según el recuento de los científicos- derivadas también de la excesiva acumulación de estas moléculas en el organismo. Pero para que el poder de neutralización sea considerable, deben de darse varios factores.
El estudio científico realizado en la Misión Biólogica de Pontevedra revela que debe consumirse la planta juvenil -a los dos meses, en lugar de a los tres o cuatro, como se hace habitualmente-. Y Soengas añade que si se cuece en agua, como también es habitual, debe ingerirse el líquido "al que van a parar las propiedades" del alimento y que sin embargo se vierte normalmente por el fregadero.
Los investigadores gallegos observaron, además, que son precisamente las partes de los cultivos de estas brásicas que despreciamos -las hojas que rodean a las cabezas del repollo o del brécol, que no suelen consumirse - las que tienen mayor poder antioxidante. Pero no todo está perdido. "El órgano consumido también tiene alto potencial", consuelan los investigadores, que han entronizado a la humilde berza gallega. "Hasta ahora se habían hecho estudios similares con otros cultivos, pero este es el primero en el que se analiza la berza, que tiene un consumo muy local", precisa Soengas. Ella y el resto del equipo de investigadores preparan el artículo científico para publicar en revistas especializadas mientras atienden estos días las llamadas de los medios generalistas para divulgar la "gran importancia" del descubrimiento científico "desde el punto de vista del consumidor".
Los resultados les permiten constatar que, "como ya se ha reflejado en otros estudios recientes sobre las brásicas, estos cultivos tienen propiedades y compuestos beneficiosos para la salud, y revelan que sus productos de desecho (sus hojas) tienen también sustancias que ayudan a un buen funcionamiento del organismo", explican los investigadores. El equipo gallego está satisfecho porque con este hallazgo "se abre la vía a su consumo y a una nueva línea de investigación acerca del uso secundario de este material como subproducto del cultivo".
El de la revelación de los potenciales de la berza no es el primer estudio que realiza este equipo con plantas autóctonas. Recientemente, se registró una tesis sobre la verdura nacional de Galicia -"nabo, nabiza y grelo: la trinidad del gallego", dado que las tres proceden de la misma planta- que demuestra el "alto contenido en sustancias nutritivas y en compuestos relacionados con la prevención de enfermedades como el cáncer", comenta la investigadora Pilar Soengas. Berzas y grelos, nabiza y nabo, son plantas de las que se tiene constancia de que eran cultivadas hace más de 5.000 años. Un producto nacional de Galicia que se ha tenido por exquisito, aunque humilde, hasta que las investigaciones científicas han empezado a desvelar sus valores como alimentos funcionales: con potencial anticancerígeno, con poder antioxidante y con gran valor nutritivo.
"En los últimos años ha crecido en la comunidad científica el interés por profundizar en el estudio del género brásica, integrado por más de 3.500 cultivos y con usos para la alimentación humana, la alimentación animal, la industria y la ornamentación", explica la investigadora principal del proyecto y científica del CSIC en el Grupo de Genética y Mejora de Brásicas de la Misión Biológica.
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