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Una economía vasca más competitiva pasa por atraer capitales y personas

Los sectores más relacionados con la tecnología gozan de un mayor interés

La mejora de la competitividad de la economía vasca pasa por atraer inversión y recursos humanos del exterior, ya sea desde el resto de España o desde el extranjero, especialmente para aquellos sectores que puedan aportar innnovaciones en el ámbito tecnológico. Con ello aumentaría la diversidad de la oferta productiva y ayudaría, de paso, a mejorar las exportaciones. Esto es lo que se desprende del tercer informe elaborado por el Instituto de Competitividad, que fue presentado ayer por su director, José Luis Curbelo, en la Universidad de Deusto.

Curbelo, ha señalado en una rueda de prensa que, pese a la necesidad de aumentar las exportaciones, los empresarios vascos no han tenido nunca excesivos problemas para vender sus productos en el exterior. El problema estriba en la importación de capital y talento a Euskadi. Curbelo reconoció, por otra parte, que existía "una realidad objetiva" que impedía la importación de capital y conocimientos: el terrorismo. Sin llamarlo por su nombre, explicaba que hay empresarios "a los que no compensa venir al País Vasco porque no les era rentable contratar servicios de seguridad". Considera que, cuando este problema remita, la situación mejorará en este sentido.

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Pese a la incidencia de esta anomalía, el presidente de Competitividad no dudó en insistir en que esta carencia en la economía vasca venía dada, en mayor medida, porque "nos ha faltado apertura como sociedad. Hemos sido lo bastante buenos para vender fuera pero no para vendernos a nosotros mismos".

La importación de recursos humanos y capitales vinculados al conocimiento y la tecnología se irá haciendo progresivamente más necesaria, debido al paulatino envejecimiento de la sociedad, lo cual, unido a una baja tasa de natalidad, revertirá en una disminución de la población activa. Según las cifras dadas ayer por Curbelo, actualmente existen 940.000 puestos de trabajo cubiertos en Euskadi. Para el año 2020, se espera que haya 920.000, es decir, que en poco menos de una década quedarían, al menos, 20.000 puestos sin cubrir; no habría suficiente oferta para satisfacer esa demanda. Para atajar esta situación, el Instituto considera conveniente retrasar la edad de jubilación y la incorporación de un mayor número de población inmigrante de origen extranjero a los sectores clave desde el punto de vista productivo.

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Paliar la tendencia a la endogamia y al escaso aprovechamiento del conocimiento llegado desde el exterior por el sistema de innovación vasco, dos defectos señalados por fuentes del Instituto, es requisito fundamental para superar una contradicción resaltada en el informe: si bien la renta per cápita en Euskadi sigue siendo un elemento destacado en los indicadores de desarrollo de la región, los factores que explican ese desarrollo no son tan halagüeños.

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