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Constructores y técnicos asumen su responsabilidad en la muerte de cuatro obreros

Cinco de los siete técnicos y empresarios imputados por la muerte de cuatro trabajadores al hundirse, en 2008, parte de un viejo hotel en obras, el Son Moll de Cala Rajada, se declararon ayer "responsables y autores" de los hechos delictivos descritos por el fiscal.

En el inicio del juicio del caso se constató un acuerdo parcial entre la acusación y las defensas. La fiscalía asegura que existió "absoluta falta de valoración y planificación" sobre estructuras y riesgos, y considera que se produjo un delito contra los derechos de los trabajadores, cuatro delitos de homicidio imprudente y cuatro de lesiones. La propiedad no tenía la licencia municipal para la reforma del edificio cuando realizó las obras.

Los dos arquitectos, los dos constructores y el jefe de obra afrontan una posible pena de cuatro años prisión. El entonces alcalde de Capdepera está imputado por su responsabilidad al no haber paralizado una construcción que carecía de permisos.

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