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Crítica:MÚSICA | DISCOS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Tito Alcedo

Antiguo militante de la escuela de Django Reindhart, y guitarrista junto a Javier Ruibal durante más de dos decenios, Tito Alcedo recupera el protagonismo de su guitarra en solitario con una grabación luminosa dedicada monográficamente a su tierra, la comarca gaditana de La Janda, cuyos espacios recorre con composiciones que transportan la ligereza de sus aires y se impregnan del carácter mestizo de la música de Alcedo, que bebe lo mismo del jazz que del flamenco o de la inevitable escuela brasileira. Para este universo musical y vital Tito recupera la vieja guitarra acústica de cuerdas de metal, que se suma al laúd árabe y a la guitarra flamenca, tocada con afinación modal en tres de los temas. Con esos mimbres caben múltiples combinaciones armónicas, rítmicas y de formación: la percusión de Javi Ruibal es la compañía más asidua, pero también son de valorar las aportaciones de Joan Massana al contrabajo, y las apariciones puntuales de Jorge Pardo y del pianista Jesús Lavilla. No podía faltar el paisano Nono García con quien comparte el homenaje a Tarifa en clave de bulería: Señora de los vientos. Precisamente al de Levante está dedicada la composición más flamenca: una soleá con la voz de Eva Durán. Plazas, playas y calas nombran el resto de los temas de un disco que traslada al sol, a la sal y al azul de la geografía que quiere evocar.

Tito Alcedo

Janda

Surfonía

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