¿Subir nota con el FMI?
Semana de calificaciones. Los aspirantes a entrar en la Universidad han podido ver su nota de selectividad y comprobar si era suficiente para estudiar la carrera que tenían previsto. En caso contrario, los alumnos pueden volverse a examinar de las asignaturas en las que han flaqueado, para subir nota y aplicar a la universidad que tenían previsto elegir.
Mientras tanto, el Gobierno español esperaba la nota de la delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) que estuvo en nuestro país a principios de mes para evaluar la marcha de las reformas anunciadas. Y la calificación ha sido muy clara: España ha aprobado de sobra, pero si quiere aspirar a seguir la marcha de los países más desarrollados de la Unión Europea deberá profundizar en las reformas y los ajustes.
La mayoría de las recomendaciones ya están en la agenda del debate político
La decisión que tiene que tomar el Gobierno ahora es sobre cuáles son los límites de sus reformas. ¿Pretende llegar al sobresaliente para poder competir a medio plazo en igualdad de condiciones que Francia o Alemania, a costa de endurecer más las condiciones de vida de sus ciudadanos? O, por el contrario, ¿se conforma con el 6,5 que le ha correspondido, a costa de seguir en el grupo de los periféricos?
Antes de nada, creo es imprescindible leerse el informe completo del FMI para poder sacar conclusiones certeras. Son seis páginas muy densas, con 13 apartados, de los que se deduce que España ha cumplido sus deberes desde mayo de 2010, momento en que el presidente Zapatero dejó de negar la crisis, pero que hay que seguir ajustando.
José Carlos Díez, uno de los expertos del foro Economismo, lo explica muy bien en su blog del diario Cinco Días, destacando algunas de las frases del informe: "En el último año, España ha enfrentado serias adversidades y la respuesta de la política económica ha sido fuerte y de amplio espectro"; "esto ha ayudado a mantener la recuperación gradual y corregir los desequilibrios"; "destaca la fuerte reforma del sistema de pensiones y la mejora de la transparencia fiscal"; "el sistema bancario se ha recapitalizado, minimizando el coste para el contribuyente"; "la reforma laboral mejora los incentivos para contratar, reduce los costes del despido y da a las empresas más flexibilidad".
Hasta aquí, todo bien. Sin embargo, no podemos obviar que el informe anual del FMI sobre España recomienda avanzar y profundizar en las reformas emprendidas para conseguir un mayor crecimiento económico, capaz de solucionar el gravísimo problema de desempleo que asola nuestro país.
En opinión del Fondo, hay cuatro problemas que requieren un tratamiento más intenso: el fiscal, el sistema financiero, la reforma laboral y los problemas estructurales de productividad y creación de empleo. Y para afrontarlos con ambición, el FMI recomienda las siguientes actuaciones:
- Más ajustes para alcanzar los objetivos de déficit público, con especial énfasis en las cuentas autonómicas y en el recorte de gastos.
- Privatizar empresas y servicios públicos.
- Acelerar la reforma de las pensiones.
- Reestructurar o cerrar las entidades financieras sin acceso a capital.
- Reforzar el capital de los bancos y cajas solventes.
- Acelerar la reforma de las cajas de ahorros, reduciendo el peso de los políticos en sus consejos.
- Descentralizar la negociación colectiva hasta el nivel empresarial.
- Dejar la indexación salarial al IPC y vincularla a la productividad.
- Reducir más el coste del despido.
- Desarrollar y cumplir la Directiva Europea de Servicios.
- Liberalizar los sectores profesionales regulados.
- Fomentar el mercado de alquiler de viviendas.
- Reducir las restricciones a los horarios comerciales.
- Reformar la Ley Concursal.
- Reducir el retraso en los pagos.
La verdad es que la mayoría de estas recomendaciones han sido tratadas en este blog y están en la agenda de debate político de este país. Y en todas ellas se han dado pasos importantes en los últimos años. Sin embargo, no deja de ser preocupante que el FMI insista en que hay que profundizar en todos estos aspectos para pasar del grupo de los rezagados de la Unión Europea al de los que marcan las reglas del juego.
La difusión del informe ha coincidido, además, con otra semana de fuertes tensiones en el mercado de la deuda soberana, por el contagio de la incertidumbre sobre la solución al problema griego. El diferencial del bono español frente al alemán volvió a superar los 280 puntos básicos (2,8%). Una cifra que sigue siendo altísima, que se ha convertido en un suelo difícil de rebajar mientras los inversores no recuperen la confianza en nuestra economía y que frena nuestra capacidad de crear empleo.
En esta tesitura, el Gobierno tiene que dar respuesta rápida al dilema planteado por el Fondo Monetario. Y ante la pregunta ¿debemos intentar subir la nota que nos ha puesto el Fondo?, mi respuesta es sí, aunque el Gobierno debe fijar los límites de los efectos de su política económica sobre el bienestar de sus ciudadanos.
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