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68.500 gallegos demandan ayuda alimenticia de entidades sociales

Sólo la Fundación Amigos de Galicia da cobertura a más de 12.000 personas

El 18% de la población gallega sufre pobreza alta o severa y un 7% son pobres de solemnidad, los que viven con menos de tres euros al día. Estos datos, los únicos fiables para las entidades sociales sin ánimo de lucro que distribuyen alimentos y enseres en Galicia, los ha proporcionado la Fundación La Caixa en su última estadística. La situación es tan dramática que Cáritas o la Fundación Amigos de Galicia, las dos principales entidades de esta comunidad, se sienten desbordadas para atender la demanda de víveres de los 68.500 gallegos que carecen de medios para subsistir.

Con un cuarto de siglo de historia, Amigos de Galicia desarrolla un plan de ayuda con entregas mensuales a domicilio y cuenta con cerca de 300 voluntarios. Esta cifra resulta insuficiente para atender la actual demanda, que supera las 12.000 personas y de las cuales la mitad son menores. Desde 2009, el listado de usuarios que han reclamado la distribución de alimentos creció en 4.000 personas y para este año la fundación prevé doblar un banco víveres que alcanzó los 2 millones de kilos en 2010. Además, cubrirá otras necesidades como material escolar, ropa, calzado o muebles.

"La demanda es enorme y creemos que va a ir a más", dice Jesús Busto

Desde su centro principal de operaciones en Vilagarcía, donde cuenta con dos naves de distribución para todo el territorio gallego, la entidad embala semanalmente 40.000 kilos de alimentos que adquiere a través de donaciones, fondos europeos y ayudas del Estado. También de frutas y hortalizas que le proporciona el Ministerio de Medio Rural. Su presupuesto anual gira en torno a 2,5 millones de euros. "El momento es muy crítico y no podemos hacer mucho más", dice Jesús Busto, el director general de la fundación, "necesitamos contar con más voluntarios y socios que nos ayuden porque la demanda es enorme y creemos que irá a peor".

La fundación mantiene convenios de colaboración con 185 ayuntamientos, donde se tramita la petición de ayudas a través de las concejalías de servicios sociales. Después se verifica la situación de cada hogar para evaluar las necesidades básicas de alimentación. Así se distribuyen paquetes que contienen alimentos perecederos o pescado congelado. También se preparan lotes infantiles y productos específicos para bebés, como pañales. El peso de los paquetes distribuidos mensualmente varía en función de los miembros de la unidad familiar y según la carencia de los recursos económicos y nutricionales de los menores en base a la información que facilitan los consistorios. El embalaje supone uno de los mayores gastos. El coste por unidad de la caja de cartón es de un euro, por lo que la inversión anual es de 35.000. Los directivos buscan ahora un patrocinador. El trabajo de Amigos de Galicia les ha obligado a profesionalizarse y a contar con especialistas en gestión. Ya dispone de una lavandería industrial para reciclar la ropa que se dona. En el caso de los menores, de 12 a 20 años, la fundación distribuyen prendas nuevas que entregan gratuitamente empresas del textil.

Por colectivos y provincias, en 2010 fueron atendidas 4.202 personas en A Coruña, de las cuales 2.586 son menores. Le sigue Pontevedra con 3.998 adultos y 2.093 menores; Lugo con 2.341 usuarios y 815 menores y Ourense con 1.416 adultos y 622 menores atendidos. En situaciones de extrema necesidad, la fundación realiza entregas económicas para el pago de alquileres, luz, agua, gas o guarderías.

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Además de la ayuda alimenticia, la entidad presta especial atención a otros colectivos como las víctimas de violencia de género y con hijos a su cargo o mujeres vinculadas al mundo de la prostitución. Amigos de Galicia ofrece asesoramiento jurídico y psicológico e incluso aportaciones económicas en situaciones críticas. También las familias monoparentales reciben apoyo específico, además de los parados de larga duración con menores a su cargo, los beneficiarios de prestaciones mínimas y las personas con riesgo de exclusión social, como mayores con pensiones mínimas, emigrantes retornados o familias inmigrantes sin apoyo sociofamiliar.

Pobreza vergonzante

El director general de la Fundación Amigos de Galicia, Jesús Busto, afirma que existe un colectivo oculto de personas que no se atreven a pedir ayudas económicas. "Lo llamamos pobreza vergonzante". Según Busto, este colectivo es mayoritario en grandes ciudades como A Coruña y Vigo, donde existen menos recursos que en los pueblos, porque la agricultura es un medio de subsistencia. "No es fácil asumir que te llegue a casa un paquete con alimentos y romper con los esquemas de una vida anterior, psicológicamente es demoledor", asegura.

"El mercado laboral gallego arroja un desempleo medio de 86 personas al día, dejando más de 60.000 familias con todos sus miembros activos pero en situación de desempleo y sin prestación", apunta el directivo de la Amigos de Galicia. Las personas que pueden optar a las ayudas de la fundación tienen que cumplir con estos requisitos: carecer de ingresos suficientes necesidades básicas, estar empadronados y tener residencia fija en cualquier ayuntamiento de Galicia y que los menores estén debidamente escolarizados. Una vez que los demandantes se hayan puesto en contacto con los servicios sociales del ayuntamiento donde residen, tienen que rellenar una ficha.

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