La construcción de la libertad. Apuntes para una historia del constitucionalismo europeo

Ensayo. En un país como el nuestro, donde con excesiva frecuencia el cumplimiento de la Constitución es presentado como la mayor de las opresiones, en especial para los supuestos derechos de decisión de los pueblos vasco y catalán, y donde insignes demócratas han insistido en las críticas contra el fundamentalismo constitucional, el libro de Roberto Blanco debiera ser de lectura obligada para la clase política. Las Constituciones, advierte el autor desde la primera página, son "la clave de nuestra libertad". Una cita de la Constitución de Cádiz confirma que ese era desde un principio el propósito de los redactores de las Constituciones escritas: "El fin de toda sociedad política no es más que el bienestar de los individuos que la componen". La prueba de esa consideración no se alcanza por medio de la redacción de un ensayo, sino de un riguroso trabajo de investigación que se inicia con el análisis de las formas de poder en la sociedad del Antiguo Régimen, marca el punto de inflexión representado por el preámbulo de la Constitución francesa de 1791, con la abolición de toda institución contraria a la libertad, esto es, con el fin del privilegio, y recorre las sucesivas etapas hasta el reciente triunfo del programa constitucional en Europa, sin olvidar los paréntesis de los totalitarismos (los supuestos "paraísos terrenales", en realidad infiernos reales). Es un recorrido que proporciona además una precisa información sobre los momentos y las evoluciones más significativas. El único reparo es la referencia al Sueño de la razón goyesco, aun cuando la equívoca lectura de Blanco puede ser reconducida al argumento central. No es que el sueño de la razón produzca monstruos, sino que cuando la razón duerme, cuando es marginada la construcción racional de la política, los monstruos se apoderan de la escena.