Violines y caricias atómicas
El exlíder de Los Ronaldos, Coque Malla, estrena 'Termonuclear', su álbum más melódico y personal
"Me das un escenario y me lo como, pero aquí me da un corte tremendo", suelta preocupado el cantante y guitarrista Jorge Malla Valle, más conocido como Coque Malla. "Aquí" es la terraza de un bar, en un día madrileño de cielo gris. No exactamente el mejor marco para una versión callejera y acústica de Lo intenta, el primer sencillo de su nuevo álbum Termonuclear. Y eso explica el corte. De hecho, el primer intento fracasa por culpa de una moto que arranca a la vez que la guitarra del artista. Pero finalmente Malla se sacude de encima la tensión y regala dos minutos de miniconcierto entre transeúntes y coches aparcados.
Escrito y grabado en pocos meses ("las canciones están hechas muy cerca de la realización"), el nuevo disco del exlíder de Los Ronaldos saldrá a la venta el próximo 3 de mayo. Se trata de una suerte de historia personal narrada a través de nueve piezas y unos 45 minutos. "Es el álbum donde más han estado juntos vida y obra. Muchas veces se escribe desde la distancia, de lo que recuerdas, de algunas sensaciones. Esto en cambio era una crónica emocional de un año apasionante", asegura el artista.
"Algunas canciones son de marquetería. Otras, 'vomitonas", cuenta el artista
Tal vez allí, en el instinto y la producción espontánea, se halle lo atómico del título. Por ejemplo, "El barco la compuse en 10 minutos", cuenta Malla. Por lo demás, la cortina nuclear esconde baladas melancólicas y delicadas como Déjate llevar, guitarras acústicas y violines como los de Despierta. Un misterio que un hermético Malla no aclara. El cantante se muestra cómodo en la ambigüedad, dice y no dice: "Es un disco musicalmente sereno, pero habla de un momento turbulento. Hay despedidas y nuevos encuentros. Tras un viaje intenso, todo se vuelve a colocar en el mismo sitio, miras atrás y dices: '¡Vaya! Qué año y medio más potente".
Sin rock ni distorsiones, la atención se concentra en las palabras. "Los textos están muy mimados, muy cuidados. Algunas canciones son de marquetería. Aunque otras son vomitonas", afirma Malla. En varios casos, el artista recurre de nuevo a la recitación, un as que siempre ha estado en su manga y también en su anterior álbum, La hora de los gigantes.
En los próximos meses, Malla llevará su explosión delicada en concierto. Primera etapa, Burgos, el 6 de mayo. Última (de momento), Sevilla, el 31 de agosto. Aunque quien se espere un show rockero se llevará una decepción. "He dejado a un lado mi parte más clásica, más ronaldera. Quizás corra el riesgo de perder una parte de público pero de momento está pasando todo lo contrario. Cuanto menos rockero me hago, más aficionados gano", sostiene Malla.
La gira de Termonuclear ocupa agenda y mente de Coque Malla. "Me he vaciado, a veces me pregunto qué haré luego. Por lo pronto, solo quiero disfrutar del nuevo disco durante mucho tiempo". Ya no se pregunta, en cambio, por el futuro de Los Ronaldos. El año próximo se cumplirán 25 años desde el primer álbum del grupo. Una fecha sugerente para una banda que pasó por ocho discos (entre ellos, Los Ronaldos y Saca la lengua), dos separaciones y una reunión, en 2005. "Fue un momento perfecto. Se juntaron los satélites, los cuatro lo sentimos y el público también. Dijimos: 'Ahora, vamos", recuerda Malla. Duró unos tres años, hasta un último concierto en la sala Joy de Madrid que fue "de los mejores" de la carrera del cantante.
Sin embargo, no volverá a pasar, al menos según el exlíder del grupo. Los satélites se han alejado y Malla disfruta de su nueva dimensión. O al menos eso es lo que se diría viéndole en la terraza de un bar, en medio de un concierto callejero.
Babelia
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