Falcao abate al Villarreal
Cuatro goles del punta del Oporto borran al conjunto amarillo en el segundo tiempo
En efecto, el Oporto es un equipo intenso, valiente y poderoso, como ha venido acreditando en una temporada fabulosa. Con dos atacantes en permanente estado de gracia. La fortaleza de Hulk y la voracidad de Falcao borraron en la segunda parte a un Villarreal desaparecido tras el descanso. Después de haberse marchado al entretiempo con una merecida ventaja, reapareció convertido en otro equipo, mucho más blando, vulnerable y caótico. El Oporto entró en el choque gracias a un polémico penalti a Falcao, pero, a partir de entonces, fue un ciclón. Logrando superioridad numérica en todos los rincones de campo: por cada jugador amarillo, casi siempre hubo tres blanquiazules, señal del enorme trabajo de su entrenador, André Villas-Boas. Los cuatro tantos de Falcao, que suman 15 en el torneo, no dejan lugar a dudas de que estamos ante un rematador impresionante, sobre todo de cabeza, que dejó a su equipo a las puertas de la final de Dublín. La vuelta en El Madrigal se antoja misión imposible para el Villarreal.
OPORTO 5 - VILLARREAL 1
Oporto: Helton; Sapunaru, Rolando, Otamendi, Álvaro Pereira; Guarín (Souza, m. 79), Fernando, Moutinho; Hulk (James Rodríguez, m. 84), Falcao y Cristian Rodríguez (Varela, m. 71). No utilizados: Beto; Maicon, Walter, y Rúben Micael.
Villarreal: Diego López; Mario, Musacchio, Marchena, Catalá; Cani (Matilla, m. 71), Borja Valero (Wakaso, m. 66), Bruno, Cazorla; Rossi y Nilmar (Marco Ruben, m. 71). No utilizados: Juan Carlos; Capdevila, Kiko y Cicinho.
Goles: 0-1. 45. Cani, de cabeza a centro de Nilmar. 1-1. M. 49. Falcao, de penalti. 2-1. M. 60. Guarín, de cabeza tras rechazar Diego López. 3-1. M. 67. Falcao, a pase de Hulk. 4-1. M. 74. Falcao remata en plancha. 5-1. M. 89. Falcao, de cabeza.
Árbitro: Bjorn Kuipers (Holanda). Amonestó a Fernando, Hulk, Borja Valero, Diego López, Catalá y Helton.
Unos 45.000 espectadores en el estadio Do Dragao.
Tras el descanso, los visitantes estuvieron blandos, caóticos y vulnerables
Y eso que la intensidad de la primera parte iluminó el majestuoso estadio de Dragão. Fiel a su estilo, el Oporto presionó la salida del balón en campo del Villarreal, lo suficientemente fresco para zafarse de la presión e irse decididamente a por el gol. La técnica de Cazorla, Borja Valero y Cani sirvió para salvar el primer escollo; después se trataba de lanzar la carrera de sus rapidísimos delanteros, Nilmar y Rossi.
El cuadro de Garrido coronó la primera parte con un gol muy coral, producto de la solidaridad de Borja Valero para crearse un espacio entre los centrocampistas lusos y abrir a la derecha a Nilmar, en posición de extremo derecho. El centro del punta brasileño acudió a cabecearlo al primer palo Cani, una sorpresa con la que no contaba el portero Helton. Era el filo del descanso y el Villarreal se marchó feliz: la defensa impenetrable, el centro del campo, solidario, y la delantera, más rápida que la zaga local.
El lateral izquierdo Catalá tuvo el honor de medirse a esa bestia llamada Hulk por su parecido con el personaje de cómic de la factoría Marvel. El delantero brasileño, de 24 años, conjuga velocidad con una gran pegada con la izquierda. Otro duelo chispeante fue el de Marchena y Musacchio con el goleador Falcao. El delantero colombiano permaneció agazapado hasta que, al comienzo de la segunda parte, le ganó la espalda a los centrales y, al encarar a Diego López, cayó al césped. El dudoso penalti lo transformó el propio Falcao y se abrió la caja de los truenos.
Ante la adversidad, Bruno reaccionó con un caño largo a Fernando para levantar el ánimo de los chicos de Garrido. El Oporto percutió insistentemente por el extremo izquierdo, donde el lateral izquierdo uruguayo Álvaro Pereira era casi un inquilino. Su segundo gol, sin embargo, llegó por la derecha y de la manera más inesperada. Guarín le ganó la carrera a Bruno, alcanzó la línea de fondo, recortó y su disparo lo repelió Diego López antes de remacharlo con la cabeza el propio centrocampista colombiano. Villas-Boas brincó en el banquillo: vio que era el momento de hacer sangre.
El Oporto impuso su agresividad en el centro del campo y Garrido respondió dándole entrada a Wakaso, su volante más intenso. Pero justo cuando el Villarreal se echó adelante y Catalá abandonó la guarida, Hulk montó una contra demoledora. Se deshizo de Musacchio y su centro lo embocó Falcao sin oposición.
Garrido ya no iba a esperar más y agotó sus cambios con Matilla y Marco Ruben. Para entonces, Hulk se parecía cada vez al personaje del cómic y Catalá no podía con él ni soltándole algún hachazo. De una de las faltas nació el cuarto del Oporto. El centro templado de Guarín lo cabeceó Falcao tras un vuelo impresionante. A estas alturas, la defensa amarilla era un flan en manos de los centros de Hulk y los remates de Falcao. Y sin ninguna capacidad atacante, ahora que Garrido había cambiado la velocidad de Nilmar por el remate de Marco Rubén, sin ninguna opción. Falcao y Hulk hundieron al submarino.
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