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Reportaje:

Esculturas de uno mismo

Una tienda hace obras en segundos de las personas tras fotografiarles

¿Quiere usted una versión liliputiense de sí mismo? ¿Un miniyo que destierre la figura de la folclórica y del torero de encima de la tele? En ThreeDee-You (Fuencarral, 65) pueden encogerle con toda fidelidad hasta convertirle en una pequeña escultura de entre 10 y 25 centímetros.

"Esto es ante todo un estudio fotográfico", explica el director y propietario Cleto de Matos, "por eso tenemos estos focos y estas fotos antiguas en la pared". De Matos y su equipo son pioneros mundiales en esto que llaman fotoescultura: dentro de su estudio, con las paredes pintadas de negro, toman una imagen del cliente con cuatro cámaras situadas en las cuatro esquinas. Antes de tomarse la "foto" en el estudio, el cliente puede acicalarse en un camerino muy teatral con un espejo rodeado de bombillas. "Queremos que se sientan como verdaderas estrellas", dice De Matos. Enseguida (tarda dos segundos y medio en los que hay que permanecer inmóvil) se monta una imagen tridimensional de muy alta resolución que aparece en las pantallas de sus potentes ordenadores. El escaneado tridimensional es una técnica que se usa en ámbitos como el cine, la arquitectura y la medicina. Ahí técnicos 3D retocan la imagen y la perfeccionan informáticamente. Una vez lista, se salta de lo virtual a lo real, en la trastienda se crean las figuras capa a capa, fabricadas en un misterioso "polvo de alta tecnología".

La imagen se hace sólida. El parecido con la realidad es asombroso, hasta en los pliegues de la ropa o el rostro. "Nuestros técnicos pueden quitarte la barriga si quieres", bromea el jefe, "pero yo creo que cada uno tiene que aceptarse tal como es".

Ahora tienen su escaparate dedicado al día de la madre. Los transeúntes se detienen a mirar las figuras de embarazadas y de madres con sus niños. "Cuando la gente se para delante de la tienda, y se para mucha gente, lo que se imagina es a sí misma reducida", dice De Matos, "les sale una sonrisa. Aunque aquí trabajamos con alta tecnología, lo que nos importa en el fondo es la emoción". En las baldas dentro de la tienda hay reducidas familias enteras, grupos de amigos, parejas de novios el día de su boda y hasta los seis miembros del equipo de ThreeDee-You, vestidos con camisetas naranjas. Un equipo joven que incluye expertos en bellas artes, diseño, marketing o comunicación.

De Matos, un aficionado al arte, la tecnología y la fotografía que nació cerca de Lisboa en 1962, concibió la idea hace unos años. "Vi en televisión a una artista alemana, Karen Sanders, cuya instalación consistía en hacer reproducciones de los visitantes y luego exponerlas. De alguna manera, los visitantes eran a la vez visitantes y obras expuestas", explica. Gracias a su experiencia comercial (era director de franquicia de una gran cadena de tiendas de ropa) y cuando la tecnología avanzó lo bastante, creó ThreeDee-You, que abrió sus puertas en junio de 2010 y que pronto comenzará a tener franquicias. "Nuestras esculturas están empezando a ser usadas por otros artistas. Por ejemplo, el cómico Leo Bassi se hizo una para colocar en un belén en Lavapiés y otra que iba sentada en su hombro representando a su conciencia", según explica el propietario.

Los precios de las esculturas varían entre 95 y 290 euros, dependiendo su altura y del tamaño elegido para la escultura, con un suplemento si eligen reproducirse sentado. Y elijan bien su ropa, porque a partir de ahora los recuerdos también son sólidos y tridimensionales.

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Algunas esculturas fabricadas por la tienda de la calle de Fuencarral.
Algunas esculturas fabricadas por la tienda de la calle de Fuencarral.

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