El cadáver encontrado en el río Deba presenta varias puñaladas

Casi todo el mundo en Bergara conocía al hombre de 46 años cuyo cadáver fue rescatado el pasado sábado en el río Deba a su paso por ese municipio. La Ertzaintza informó ayer de que el cuerpo presenta varias heridas de arma blanca, sin concretar si falleció ahogado o por estas puñaladas. La agencia Efe, citando fuentes policiales, aseguró que se trata de un homicidio. La víctima, un indigente, llevaba varios años viviendo en la localidad y solía pedir limosna a las puertas de un supermercado, según varios vecinos.

"El pobre era una pequeña calamidad. Bebía, estaba mucho tiempo en la calle y se relacionaba con mucha gente", aseguraba ayer a EL PAÍS una persona, que prefiere no desvelar su identidad y que le ayudó de forma desinteresada en los últimos tiempos.

"No se metía en líos. Alguna vez, pero hace ya muchos años, nos vino a pedir dinero", explicaban trabajadores del restaurante Zumelaga, en la calle San Antonio. En las proximidades de este local los servicios de emergencia rescataron el cadáver sobre las 13.00 del sábado.

"Últimamente, se le veía muy mal. Estaba enfermo, le costaba mucho llegar a casa y muchos pensábamos que algún día nos lo encontraríamos [muerto] en la calle", añadieron dichos trabajadores. Cáritas Guipúzcoa aseguró a EL PAÍS que ayudaba al indigente proporcionándole una pequeña ayuda económica para el alquiler.

La Unidad de Investigación Criminal de la Ertzaintza trabaja ahora para esclarecer las causas del suceso. Ayer, varios agentes rastrearon la zona "para intentar encontrar evidencias relacionadas con la investigación de este homicidio", según Efe.

Se declara culpable

Mientras, el acusado de matar a Benito Múgica, el entrenador de las categorías inferiores de la selección de balonmano de Euskadi, reconoció ayer en la primera sesión del juicio por este crimen ser el autor de las múltiples puñaladas que sufrió la víctima.

El agresor confesó que accedió a la vivienda de Múgica en Lasarte en agosto de 2008 con intención de robar, le ató de pies y manos y le asestó 23 puñaladas, según la fiscalía.

El procesado también aseguró que posteriormente intentó incendiar la vivienda, rociando alcohol a una silla a la que luego prendió fuego, informa Efe. En su defensa sostuvo que su "ánimo" no fue matar a Múgica.