Extrema derecha
No hace mucho tiempo que el vicesecretario de Comunicación del Partido Popular, el señor González Pons, dijo algo así como que en España no había, o era residual, la extrema derecha.
Y no es cierto; en estos últimos días, con motivo de la enfermedad del ministro Rubalcaba, hemos podido asistir al aquelarre montado por algunos medios y comunicadores que han proferido comentarios vergonzosos. ¡Ya lo creo que hay extrema derecha! Lo que ocurre es que no he oído nunca a ningún miembro del PP censurar a quienes manifiestan esa ideología con sus comentarios soeces, insultos e injurias. Porque los votos de esa extrema derecha caen en el saco del PP.
Y, mientras tanto, en el propio PSOE, se contribuye a sembrar dudas sobre su propio proyecto, ya sea con temas sucesorios, ya sea no plantando cara a quienes atacan tan furibundamente a Zapatero, ese mismo Zapatero que contribuyó, en su momento, a que los disidentes alcanzaran los sillones que ahora ocupan.
En cuanto a Izquierda Unida, tampoco es una balsa de aceite; no hay nada más que ver cómo van perdiendo, poco a poco, a personas de tanta valía como Rosa Aguilar o Inés Sabanés. En fin, que los votantes de izquierda tenemos motivos para estar preocupados, porque de lo que podemos estar seguros es de que la derecha no va a aplicar medidas que favorezcan a los trabajadores, pensionistas y ciudadanos de a pie, aunque la señora De Cospedal tenga humoradas como decir "que ellos son el partido de los trabajadores", o el señor Rajoy diga que "él nunca congelará las pensiones". ¡Qué ironías! Seguramente Rajoy va a oponerse a lo que le digan "los mercados", o Merkel y Sarkozy.