El inglés que domina el pop español

Caray con las expeditivas técnicas de Nigel Walker. Esto se llama psicología de choque. Pongamos un ejemplo: Pereza. Un grupo con pedigrí rockero en un entorno nada propicio: la frialdad aséptica y casi de hospital de un estudio de grabación un lunes a las diez de la mañana. El dúo va con toda la intención del mundo, pero es difícil motivarse con semejante ambiente gélido. Y ahí entra en juego Nigel Walker. Abre su maletín y extrae un DVD de los Who. Pulsa el play y se proyectan unas impactantes imágenes en concierto del grupo británico: el líder, Pete Townshend, destroza guitarras contra los amplificadores. Guauuuu. A los Pereza les hierve la sangre. Amarran su guitarra y comienzan a tocar con furia. Nigel ha conseguido su objetivo. A grabar.

El Canto del Loco, Estopa o M Clan están en la nómina de este productor

"Primero me tomo un café con el grupo, luego nos vamos a ensayar"

Todo lo que sabe lo aprendió de George Martin, que creó el sonido de los Beatles

"Podrías llenar una libreta entera con mi vida sentimental", presume

Nigel Walker, inglés de 53 años, se gana la vida en esa cosa que muy pocos saben en qué consiste, pero de uso extendido: productor musical. El protagonista intenta aclararlo: "Es un miembro del grupo más mientras dura la grabación, un asesor, psicólogo, conseguidor de sonidos, árbitro, músico, amigo... Hay grupos que lo necesitan mucho y otros muy poco. Por ejemplo, con Pereza, en el disco Animales hice mucho. En el siguiente, Aproximaciones, ya colaboré bastante menos. Y en Aviones no me necesitaron porque ellos ya estaban preparados para realizar el trabajo de productor".

Cada vez que este hombre acoge a un grupo en un estudio el éxito parece asegurado: El Canto del Loco, La Oreja de Van Gogh, Estopa, Hombres G, M Clan, Zenttric... Todas estas bandas son las que copan las emisoras comerciales españolas. Se trata del toque Walker: "Lo primero que hago es tomarme un café con ellos. Charlamos y luego nos vamos directos al local de ensayo, que es su barrio, donde se sienten a gusto. Yo me quedo en una esquina, callado, observando". Es difícil imaginarse la escena: Nigel es puro nervio, habla alto y por los codos, y conserva los típicos problemas de los ingleses con las erres castellanas. Termina siendo una conversación instructiva, divertida y preñada de anécdotas.

Porque lo más llamativo de su hoja de servicios no es su buen trabajo con los grupos jóvenes del pop español. Su currículo exhibe un nombre por encima de todos: George Martin, el productor más famoso del mundo, el responsable del sonido de los discos de los Beatles. Todos firmes ante sir George. Nigel recaló en el estudio de Martin, los Air Studios, por casualidad. Tenía 17 años y comenzó sirviendo los cafés y yendo a por los sándwiches. "Era un crío. No tenía formación académica. Aprendí todo lo que sé de ver a Martin y a su equipo, desde abajo", comenta. Claro, la pregunta es: ¿trabajó con los Beatles? Sí, en discos en solitario de Paul McCartney y Ringo Starr. Y, más importante, participó en la producción del álbum en directo The Beatles at the Hollywood Bowl, que se editó en 1976 después de rescatar unas cintas grabadas entre 1964 y 1965. "Fue un trabajo muy arduo. Recuerdo que sacamos las cintas de una caja que estaba llena de polvo. De repente, las enchufamos a la corriente y comenzó a salir humo. Costó muchísimo recuperarlas", apunta. En Londres trabajó en los discos de celebridades como Mick Jagger, Pete Townshend, Dire Straits... Cuenta anécdotas: "Cuando McCartney venía a grabar llenaba de golosinas y galletas todo el estudio. Era una fiesta. Y Linda McCartney era todo atenciones. Al día siguiente se sabía el nombre de todo el mundo. La persona más dulce del mundo".

Después de su trabajo en Reino Unido recaló en Argentina, para trabajar con Fito Páez. Y el juego de las relaciones comenzó a funcionar: "Fito estaba en ese momento con Cecilia Roth, que le dijo a su hermano Ariel que tenía que trabajar conmigo. Y así me planté en Madrid para producir Sin documentos, de Los Rodríguez". El amor hizo lo demás: mientras grababa con Los Rodríguez conoció a una española y desde entonces, 1993, vive en España. ¿Con la misma mujer? Nigel sonríe: "No. Podrías llenar una libreta entera con mi vida sentimental". Su actual proyecto musical se llama Mad Sound, en busca de talentos nuevos en la Comunidad de Madrid.

Nigel vive en Brunete, oeste de la Comunidad de Madrid, con su actual mujer, dos de sus tres hijos y uno de ella. Allí tiene instalado una especie de local de ensayo, que sirve de laboratorio para la familia Walker. Sofía, de cinco años, tiene "un impresionante sentido del ritmo", según Walker; Billy, de 12 años, es bajista; y Alex, de 14, guitarrista. El único que no muestra destreza con los instrumentos es Daniel, de 24, que ya se emancipó. Ah, y Nigel es del Atlético de Madrid a muerte. Casi más que del Chelsea.