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La fiscal pide 45 años para el ruso que mató a dos alemanes en Calicanto

Fue en 1997. Fueron dos los asesinos. El ruso Sergei Ivanov, también conocido como Sergii Iermolenco, será juzgado en breve por matar a Hans Erich Repp y a Daniel Oppladen. El otro implicado, también ruso, ya fue juzgado por un jurado y absuelto al no haber pruebas de ADN. La fiscal pide para Ivanov 20 años por cada asesinato y cinco años más por robo con violencia. Ivanov fue extraditado por esta causa desde Estados Unidos hace poco más de tres meses.

Hans Erich conoció a Ivanov y a su acompañante entre los días 9 y 10 de enero de 1997 en la Casa de la Caridad de Valencia. Les invitó a su casa, en la urbanización Calicanto, en Chiva. Les acompañó Daniel Oppladen. Según el relato del ministerio público, los dos rusos tenían el propósito de robar a Hans Erich.

Oppladen cogió el coche y se fue a buscar bebidas. Fue entonces cuando los dos rusos empezaron a acosar a Hans Erich para que les dijera dónde tenía guardados el dinero y las joyas. Le golpearon en la cabeza, en la cadera, en la nalga derecha, en la boca y en la nariz. Después, lo ataron de pies y manos con la correa de la persiana de la cocina y con un cinturón. Usaron unos cuchillos que había en la cocina y le asestaron cinco puñaladas. Como Hans Erich no cedía, no decía nada, calentaron las hojas de varios cuchillos y le presionaron sobre la cadera.

Tortura

La tortura continuó. Le clavaron un destornillador en la parte posterior del tronco hasta 21 veces. Como Hans Erich siguió callado, se lo clavaron en el cráneo hasta matarlo. Fue entonces cuando oyeron llegar a Daniel Oppladen. Se abalanzaron sobre él. Le clavaron cuatro cuchillos doce veces. Cuatro de las heridas lesionaron órganos vitales: la arteria aorta, los pulmones y la yugular. Tres de esas armas blancas las dejaron junto al cadáver. La cuarta, clavada en la cazadora que llevaba. Ivanov y su compañero registraron toda la casa, rompieron objetos, se llevaron tarjetas de crédito y dinero. Cogieron el coche de Hans Erich y regresaron a Valencia. Abandonaron el vehículo en la calle Archena.

Los cuerpos sin vida de los dos hombres fueron encontrados en la mañana del 11 de enero por el encargado de cuidar a los animales cuando los dueños, Hans Erich y su esposa, no estaban en casa. Nada más llegar se encontró la verja abierta. Entró en la vivienda y descubrió a los fallecidos. El perro de la familia estaba encerrado en el cuarto de baño.

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