Cinco años de cárcel para el bróker de Société Générale
Kerviel deberá devolver los 4.900 millones del agujero que provocó
Jêrome Kerviel, el operador de Bolsa francés que en enero de 2008 causó un agujero de 4.900 millones de euros en el banco que trabajaba, Société Générale, fue declarado ayer culpable de todos los cargos que le imputaban y condenado a cinco años de cárcel (tres de ellos de obligado cumplimiento y los otros dos condicionados a otras condenas) y a entregar al banco la descomunal suma que se esfumó a causa de sus operaciones especulativas. El operador de Bolsa escuchó el fallo en silencio, visiblemente hundido. Actualmente, Kerviel trabaja de asesor informático y gana 2.300 euros al mes. Es decir, le harían falta 170.000 años para pagar la inmensa deuda. De cualquier forma, será el banco el que decida cómo deberá pagar (si es que lo hace): podrá embargarle bienes y deducir una parte de su sueldo (y de su jubilación) de por vida. Por ahora Kerviel está a salvo de pagar porque su abogado ha asegurado que recurrirá.
El condenado pareció hundido tras escuchar el fallo en silencio
El tribunal considera que Kerviel, de 34 años, operó de espaldas al banco y a sus jefes, que carecía de permiso para correr los riesgos que corrió y que introdujo en el sistema informático del banco claves fraudulentas y datos falsos a fin de ir borrando el rastro de sus expediciones bursátiles. Su objetivo no era robar, sino hacerle ganar más dinero al banco (y cobrar él más de comisiones, de paso), pero se arriesgó demasiado, actuando, según dice la sentencia, con una "engañosa imperturbabilidad" y una "sangre fría permanente" La defensa de Kerviel siempre se basó en lo mismo: a juicio del bróker, los responsables de Société Générale espoleaban a sus operadores a embarcarse en operaciones arriesgadas y sabían en todo momento lo que hacían sus empleados. El abogado de Kerviel, el famoso penalista francés Olivier Metzner, lo reiteró ayer tras anunciar el recurso: "Es una sentencia intolerable por lo desproporcionada". Durante el juicio, los jefes de Société Générale describieron a Kerviel como un genio informático obsesionado con el dinero y el trabajo.
Durante varias semanas de diciembre de 2007 y enero de 2008 Kerviel, entre otras operaciones, se dedicó a comprar grandes cantidades de acciones en mercados asiáticos. En teoría, y según las instrucciones de sus jefes, debía venderlas casi inmediatamente en los mercados europeos o americanos. Pero Kerviel prefirió no hacerlo y guardarse el fardo de acciones confiando en que el mercado bursátil le fuera favorable y así multiplicar las ganancias. Pero en enero de 2008 la economía había comenzado a ir cuesta abajo y las bajadas continuadas destrozaron el plan del bróker. Llegó a crear, para espanto de sus jefes, un descubierto de 50.000 millones de euros. Société Générale se deshizo como pudo, a toda prisa, de las operaciones de Kerviel, perdiendo, eso sí, 4.900 millones de euros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.