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Reportaje:Días de diversión

Un pequeño paso adelante

La feria de La Blanca mantiene un tono positivo, pese a un resultado artístico inferior al del año pasado - Los toros apenas ofrecieron juego para lucirse

El listón estaba muy alto. El resultado artístico de 2009 suponía un precedente muy exigente y, como cabía esperar, la feria taurina de La Blanca 2010 no ha podido repetir aquellos éxitos. La causa principal ha sido el juego de los toros, que en ninguna de las cuatro tardes de a pie permitió lucirse a los diestros.

Las ganaderías elegidas respondían a razones de peso. Victoriano del Río y El Puerto de San Lorenzo triunfaron de forma rotunda hace un año y merecían repetir. Sin embargo, fueron las peores esta vez. Los encierros de Núñez del Cuvillo y Montalvo tampoco destacaron y evidenciaron falta de fuerza y de casta.

"Buscábamos lo mejor para nuestra ciudad, tanto en presentación como en juego, pero el resultado no ha sido el esperado. Te quedas un poco desanimado", reconoce Ramón Garín, miembro de Vitauri, la comisión organizadora de la feria. Con todo, su análisis no es negativo. "La media es buena, porque ha habido cosas interesantes todos los días salvo el domingo, pero es cierto que nos ha dejado un sabor agridulce", explica Garín.

"Las pérdidas no serán muy fuertes", consideran los organizadores

Si los toros no han funcionado, las figuras tampoco han dejado su sello con autoridad. Sus exigencias en primavera al firmar los contratos se han convertido en meros caprichos tras su pobre presencia en Vitoria, tanto en el ruedo como en su pobre tirón taquillero. "Las figuras deben replantearse muchas cosas con lo enrarecido que está todo. Exigen los compañeros de cartel, el día, el ganado, un dinero complicadísimo para una plaza de 8.500 espectadores... Lo tienen que pensar para no convertirse en quienes un día remataron la fiesta", reflexiona Garín.

El festejo dedicado a los rejones puso anteayer un excelente broche a un ciclo que no respondió a las expectativas, pero que ha dejado un esperado duelo entre Hermoso de Mendoza y Diego Ventura que confirma la supremacía de ambos en el toreo a caballo.

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Las orejas de los toreros, Perera, Juli y Ponce, fueron de poco peso, de actuaciones correctas, pero no brillantes. La Peña Paco Ojeda concedió ayer su trofeo a la mejor faena de capote a Perera por prácticamente el único ejercicio que se vio con el percal en cuatro tardes.

En el plano económico, los datos también han estado por debajo de la edición del año pasado. "El presupuesto era algo menor, pero también ha asistido menos gente a la plaza. No tengo números exactos, pero creo que las pérdidas no serán muy fuertes, similares al coste de cualquier concierto gratuito en fiestas", analiza con serenidad Ramón Garín.

La conclusión más rotunda es que Vitoria se ha consolidado de nuevo en el panorama taurino de la temporada y se ha convertido en el referente de los primeros días de agosto, muy por delante de Huelva o Pontevedra, ferias coincidentes que la habían adelantado hace un lustro. Ahora, solo cabe buscar un sello propio, detalles que diferencien La Blanca del resto de las ferias, porque en los toros no siempre lo mejor es lo que funciona en otras ciudades, sino lo que identifica a cada cita.

Enrique Ponce, en una faena a su primer toro en la corrida del pasado domingo.
Enrique Ponce, en una faena a su primer toro en la corrida del pasado domingo.L. RICO

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