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La otra condena de Jon Venables

Un juez británico sentencia por posesión de pornografía infantil a uno de los dos autores del asesinato del niño James Bulger, en 1993

El día de San Valentín de 1993 apareció junto a una vieja línea férrea en Walton, cerca de Liverpool, el cadáver mutilado de James Bulger, que aún no había cumplido los tres años. Su muerte se convirtió en noticia mundial cuando se supo que sus torturadores y asesinos eran dos niños de 10 años, Robert Thompson y Jon Venables, que se habían llevado de la mano al pequeño James de un centro comercial dos días antes. Thompson y Venables se convirtieron en los asesinos convictos más jóvenes de la historia del Reino Unido y fueron recluidos hasta que, en 2001, cumplieron la mayoría de edad. Su puesta en libertad condicional, bajo el anonimato de una nueva identidad, generó una gran polémica.

Fue puesto en libertad condicional, en 2001, con una nueva identidad

Esa polémica se reavivó en febrero pasado, cuando se supo que Venables había vuelto a prisión tras romper las condiciones de su libertad provisional. Subió de grado al saberse que se le acusaba de tres delitos de posesión y difusión de pornografía infantil y ha alcanzado este fin de semana un nuevo apogeo al ser condenado a dos años de cárcel y divulgarse algunos detalles de las actividades que han puesto fin a su libertad condicional.

Según numerosos medios británicos, Venables, que ahora tiene 27 años, se hizo pasar en Internet, bajo el seudónimo de Dawn, por una madre dispuesta a explotar sexualmente a su supuesta hija de ocho años a cambio de imágenes de pornografía infantil. Durante su juicio, en el que compareció por conexión remota y sólo el juez podía verle, se declaró culpable de tres delitos de tenencia y distribución de imágenes pornográficas, algunas de ellas de criaturas de la edad de James Bulger.

Venables, que tenía un empleo y un grupo de amigos en la zona de Cheshire, noroeste de Inglaterra, había tenido ya antes dos problemas con la policía por posesión de drogas y por una pelea. El Gobierno ha dado ahora instrucciones para investigar si aquellos incidentes tuvieron la gravedad suficiente como para interrumpir entonces su libertad provisional.

El descubrimiento de sus actividades de pedofilia ha sido bastante casual. Fue el propio Venables quien lo facilitó al creer que su identidad había sido descubierta y llamar, presa del pánico, a los oficiales responsables de controlar su libertad provisional. Uno de ellos se acercó a su casa para ayudarle a huir y le encontró intentando hacerse con el disco duro de su ordenador con un abrelatas. Tanto él como su ordenador fueron puestos a disposición de la policía y los expertos hallaron 57 imágenes indecentes de niños.

Aunque la madre del pequeño Bulger ha considerado muy corta la condena de dos años de prisión que se le ha impuesto a Venables, el juez precisó que habría sido injusto agravarla por sus antecedentes. El magistrado parece haber tenido en cuenta las dificultades a las que se ha enfrentado el reo para adaptarse a la vida corriente bajo una nueva identidad, así como sus problemas con el alcohol y la droga. "Su retorno a prisión fue, en cierto, modo un alivio para él", dijo su abogado al evocar en el juicio las dificultades de su adaptación.

Jon Venables, a los 10 años, fotografiado por la policía en 1993.
Jon Venables, a los 10 años, fotografiado por la policía en 1993.AP

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