La Iglesia abrirá "en breve" el Panteón de Galegos Ilustres
Cultura asumirá el mantenimiento del templo galleguista
El conselleiro de Cultura e Turismo, Roberto Varela, aseguró ayer que "en breve" se abrirá el Panteón de Galegos Ilustres tras alcanzar un acuerdo con el Arzobispado de Santiago. La apertura del templo, informa Europa Press, estará regulada por un convenio que suscribirá la Xunta "en menos de una semana" con la Iglesia. Así lo anunció el conselleiro en declaraciones a los medios de comunicación tras reunirse con el vicario general del Arzobispado de Santiago, Víctor Maroño. El propio Roberto Varela recordó que hace unos días mantuvo una conversación al respecto con el arzobispo, Julián Barrio.
Tras explicar que "quedó clara la titularidad de la Iglesia", la intención del departamento de Cultura, que asumirá el mantenimiento del panteón, es "abrir cuanto antes al público" el lugar donde reposan los restos de Rosalía, Castelao o Alfredo Brañas. "Llegamos a un acuerdo con el vicario que permite abrir el panteón y ese régimen de apertura se formalizará en un convenio que se firmará en los próximos días", comentó Varela, quien precisó que el documento se suscribirá "en menos de una semana".
El titular de Cultura resaltó, no obstante, que "se podrá utilizar el panteón en cualquier caso el próximo 25 de julio para la misa de Rosalía y las actividades típicas". La apertura, según Varela, será "regular y diaria", aunque puntualizó posteriormente que, por el momento, no se han establecido cuántos días. "Vamos a abrir el panteón. Vamos a asumir el mantenimiento. Eso es lo que permite garantizar el régimen de visitas", afirmó el conselleiro, quien comentó que ahora estudiarán la organización de la apertura. "Tendrá que haber seguridad", aseveró y emplazó al borrador de acuerdo, ya preparado, que tendrán que estudiar ambas partes para su firma definitiva.
El Panteón de Galegos Ilustres, símbolo del galleguismo en propiedad del Ayuntamiento de Santiago desde los años sesenta, volvió a manos de la Iglesia tras fallar el Tribunal Supremo a su favor. La jerarquía eclesiástica se queda así con un inmueble que las administraciones públicas han mantenido durante las últimas décadas.
