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Reportaje:

El Corpus estrena protección

La lluvia desluce el final de la procesión de Valencia, declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial en su 650 aniversario

María Fabra

La declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial que el Consell aprobó para la procesión del Corpus Christi de Valencia no fue excesivamente comentada ayer entre quienes presenciaron el acto. La lluvia deslució el final del recién protegido acto, pero apenas fue un chaparrón que no logró desanimar a los asistentes y participantes en el desfile. Además, en cualquier caso, fueron miles los valencianos que se concentraron por las calles por las que transcurrió la procesión, aunque no todos lo hicieron por los mismos motivos.

Miles de ellos, fieles, siguieron el paso de las distintas representaciones del Antiguo y Nuevo Testamento. Otros se encontraron con la marcha o acudieron a disfrutar del desfile de hijos o nietos vestidos de primera comunión y, quizá, los más acudieron como en otras ocasiones a presenciar una procesión que, pese a su solemne sentido religioso, tiene un carácter incontestablemente lúdico.

Los mayores aplausos los arrancó la 'senyera'
El momento más solemne del acto fue el paso de la Custodia
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El paso de la senyera fue el que despertó más aplausos en varias esquinas del barrio del Carmen, poco después de iniciarse el desfile en la catedral. La fallera mayor de Valencia, María Pilar Giménez, que participó representando a uno de los personajes bíblicos que forman parte de la procesión, fue inmediatamente reconocida y también muy aplaudida. También recibieron aplausos los niños de la Escolanía y, al menos al principio del recorrido, el paso del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, no produjo ninguna reacción.

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Pese a que la procesión del Corpus de Valencia tiene 650 años de vida, son muchos los que siguen sin conocer el significado de los personajes y elementos que componen el desfile. Así, ni el paso de la barca de San Nicolás, ni la cuca fera (que representa al demonio dominado por Santa Margalida), ni la Tarasca (relacionada con la leyenda del dragón al que venció Santa Marta), ni el dragón de Sant Jordi o las águilas (que representan la unión de España y Roma y a San Juan Evangelista) tuvieron sentido para ellos más allá de la estética y el colorido que proporcionaron durante el inicio del acto.

La solemnidad que (sobre todo en la primera parte de la procesión) se pretende dar al acto chocó con las barbas, pelucas y atuendos de algunos de los participantes y con la presencia del cobrador de las sillas, que requirió los resguardos de pago a los afortunados que lograron un sitio sentados. Aún así, la parte final, la que precede al paso de la Custodia, sí logró ensalzar el sentido religioso del Corpus Christi, que conmemora y exalta la Eucaristía.

Además de Valencia, otras ciudades y pueblos de la provincia, de Alicante y de Castellón celebraron ayer procesiones del Corpus Christi.

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