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Marina Castaño cede a la Xunta el control de la Fundación Cela

Para evitar la bancarrota, la Fundación Camilo José Cela dejará de ser privada y se convertirá en pública, dependiente de la Xunta y sostenida con fondos de las consellerías de Cultura y Educación. Después de que esta decisión, tomada ayer por el actual patronato de la institución, sea aprobada en el Consello de la Xunta, se convocará una reunión en la que será elegida una nueva junta de patronos. En ese momento, Marina Castaño, viuda del Nobel, se convertirá en presidenta de honor sin funciones.

Además, todos los manuscritos de las obras de Cela, la biblioteca que atesoró durante toda su vida, las ediciones de sus novelas que vieron la luz en el mundo entero, su epistolario y otras colecciones de libros, cartas y originales de diversos autores serán trasladados, en calidad de "cedidos en comodato", desde Iria Flavia a la Biblioteca de la Cidade da Cultura, en Santiago, cuyos estantes aguardan vacíos la llegada de ejemplares. La fundación seguirá teniendo su sede en Padrón, y en las Casas dos Coengos quedarán expuestas la colección de pinturas del escritor y otras relaciones de objetos y pertenencias de Cela, aunque todavía habrá que hacer un inventario para determinar qué se lleva exactamente la Xunta a Santiago.

Así lo aprobó ayer la junta de patronos de la fundación, en dos reuniones celebradas frente al cementerio de Adina, en el que descansan los restos del Nobel. En estas citas también se acordó retirar de su cargo al gerente, Tomás Cavanna, modificar algunos artículos de los estatutos de la institución relativos al nombramiento de patronos e iniciar una reforma interna para sanear las cuentas de una fundación que arrastra dificultades financieras extremas desde hace años. La primera medida de reducción de gastos es la eliminación del sueldo que cobraba el gerente, pero a partir de ahora, una comisión mixta tendrá que seguir adelante con el reajuste, y, según algunas fuentes, se revisará la plantilla.Cuando se nombre el nuevo patronato de la Fundación Cela, seguirán representadas las mismas instituciones que había hasta ahora, y el presidente, en sustitución de Marina Castaño, será el conselleiro de Cultura, en la actualidad Roberto Varela. El acuerdo pactado después de varios meses de contactos entre la Xunta y la aún presidenta de la fundación (hasta ayer, una institución privada) obtuvo el respaldo de todos los patronos que asistieron por la tarde a la sede de Iria Flavia, salvo el del alcalde de Padrón, Camilo Forján. El regidor socialista defendía que todos los fondos permaneciesen en Iria, aunque bajo la custodia de la Xunta.

A la convocatoria, que se prolongó casi dos horas y media, acudieron aproximadamente la mitad de los miembros del Patronato, y en esta ocasión Castaño prescindió de la presencia de algunos patronos que siempre le brindaban su apoyo. En la sala de juntas de las Casas dos Coengos estuvieron entre otros el conselleiro de Cultura; un representante de la Consellería de Educación; otro de la Deputación de Pontevedra; el rector de la Universidade de Santiago, Senén Barro; el catedrático de Filología de la misma universidad Luis Iglesias Feijoo; el pintor Luis Caruncho, amigo de Cela; Paloma García Nieto, hija de un escritor que dejó un amplio legado a la fundación; y Dositeo Rodríguez, histórico del PP y padre de la hasta ayer subdirectora de la institución, Covadonga Rodríguez.

Tomás Cavanna no estuvo presente cuando se trató sobre su relevo como director-gerente a cargo de la hasta ahora subdirectora. Él ya había presentado su dimisión en la anterior junta, celebrada en diciembre, aunque siguió ocupando el puesto. Durante los últimos tiempos, Cavanna reconoció que estaba preparando a la hija del veterano político del PP para sucederle cuando se jubilase. Provisionalmente, Covadonga Rodríguez asumirá las funciones del gerente que nombró el propio Cela en 1993, pero con un sueldo sustancialmente inferior.

En la actualidad, la Fundación Cela tiene una plantilla de nueve trabajadores que ayer ya anunciaron movilizaciones en caso de que se produzca algún despido.

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