La justicia de EE UU avala prolongar la prisión a los pederastas
El Tribunal Supremo de Estados Unidos dio ayer a conocer dos nuevas decisisones. En un caso, la máxima instancia judicial del país defendió la detención indefinida de agresores sexuales una vez concluida su condena; en otro polémico tema, los nueve magistrados prohibían la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional para los menores de edad que no hayan cometido delitos de sangre (la violación se encuentra entre ellos).
El Supremo revirtió con siete votos frente a dos la decisión de un tribunal inferior que en 2010 determinó que el Congreso sobrepasó su autoridad al aprobar una ley que permite las detenciones indefinidas de personas consideradas "peligrosas sexualmente".
El caso llegó al Supremo de la mano de los abogados de cinco hombres que dos años después de concluida y cumplida su sentencia vieron cómo las autoridades federales les seguían manteniendo bajo custodia. Todos estaban acusados de posesión de pornografía infantil o abuso de menores y las condenas iban de tres a cinco años de cárcel. En todos los casos, los funcionarios de prisiones argumentaron que su puesta en libertad era una amenaza.
Ley Adam Walsh
En el año 2006, el entonces presidente George W. Bush firmó la denominada ley Adam Walsh -menor secuestrado y asesinado por un depredador sexual-, que establecía la creación de un registro de abusadores sexuales de menores y duras penas contra estos. Es la norma recurrida ante el Supremo, tribunal que ayer suavizó los castigos a menores.
En la actualidad, 100 reclusos adolescentes están cumpliendo condena de por vida por haber cometido crímenes no relacionados con el asesinato. Los 2.000 que pagan con su vida en la cárcel por haber matado a alguien no se verán afectadas por la decisión del Supremo. El caso que ha motivado el pronunciamiento es el Graham contra Florida. Terrance Graham, de 22 años, fue condenado con 16 a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por robo a mano armada. "El Estado le ha denegado cualquier posibilidad de probar que puede reincorporarse a la sociedad por un crimen que no es de homicidio cuando a los ojos de la ley no era más que un niño", escribe el juez Anthony Kennedy como representante de la mayoría. La decisión fue ajustada: cinco a cuatro.
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