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Entrevista:IÑAKI URLEZAGA | Bailarín y coreógrafo

"Todos los príncipes son aburridos"

Pregunta. Con ese nombre, ¿es usted argentino de Bilbao o bilbaíno de La Plata?

Respuesta. Soy totalmente bilbaíno de La Plata. Ya sé que los de Bilbao nacen donde les da la gana, y aunque mi abuelo era de San Sebastián, también vivió donde le dio la gana.

P. Presenta en Madrid La Traviata en versión ballet. Ha hecho casi un grand jeté con el libreto.

R. Exactamente. Pero para mí es una obra de teatro musicalizada: cantada en ópera y, en este caso, bailada.

P. ¿Se imagina a algún creador iluminado cantando El lago de los cisnes?

R. Pues no es tan fácil, porque fue concebido para ballet, y La Traviata salió de un libro, por lo que tiene muchas más posibilidades.

P. ¿Habrá alguien del mundo de la ópera que quiera matarle por su osadía?

R. Algunas grandes sopranos no estarán de acuerdo, porque desgraciadamente existe esta rivalidad y creencia de que la ópera es un género mayor que el ballet.

P. ¿Se imagina a Caballé en puntas?

R. Tendría que haber estudiado cincuenta años atrás.

P. Metidos en su Traviata, no me extraña que Violeta, con todas las piruetas que la obliga a hacer, se ponga malísima, e incluso se muera.

R. Y rápidamente, porque lo dice el guión. ¿Pero a que queda muy verídico? Eliana [Figueroa] hace una gran interpretación.

P. Violeta, para su época, era un poquito suelta. ¿Eso con qué pasos se expresa?

R. Todo lo que sea en dedans en la danza clásica es mucho más erótico que lo que es en dehors, porque roza las piernas, los muslos internos. Y eso da una sensualidad que no tiene la danza clásica, que no conlleva el tutú.

P. Cuando bailó Apolo y sus tías, ¿cuál de ellas hacía de Apolo?

R. No. Yo era Apolo, y aquello era una sátira de la danza clásica. Tenía siete tías en escena, pero he llegado a tener doce.

P. Mucha tía. ¿Se lo contó a su psicoanalista?

R. Entonces no me había psicoanalizado todavía.

P. ¿Le da por sentirse Petipa o Balanchine?

R. No. Soy una persona con los pies en la tierra. Puedo tener un don, una inspiración, un día más, un día mejor. Pero no me creo una persona importante.

P. Digámoslo de otra forma: ¿en coreografía, Petipa, Balanchine y Urlezaga?

R. Sí, si soy de Bilbao, sí.

P. Tras Apolo y sus tías, ¿prepara Espartaco y sus cuñadas?

R. Pues sería muy buen guión. Lo que pasa es que a Espartaco lo matan. Y Apolo vivía espiritualmente, al menos.

P. Opina que el cantante es más divo que el bailarín. ¿Le suenan Nureyev o Alicia Alonso?

R. Pero no llegan haciéndose notar como un cantante. Pavarotti se hacía poner un jacuzzi y montar una cocina dentro del camerino.

P. ¿En qué papel vería a su presidenta, Cristina Fernández: la Sílfide, Carmen, Bella Durmiente?

R. En Carmen, porque hace lo que se le da la gana.

P. Para un pas de deux ballet al margen, ¿ Penélope Cruz, Zeta Jones o George Clooney?

R. Penélope Cruz, por supuesto. Tiene mucho morbo.

P. Bocca, Maximiliano Guerra, usted. ¿Quién es el Messi del ballet argentino?

R. Yo, por ser el más joven.

P. Le encuentro realmente muy de Bilbao, aunque proceda de San Sebastián.

R. Es sólo un accidente geográfico.

P. Sabe que en España el ballet clásico no se cuida nada.

R. Coincido. Es una pena que una gran capital como Madrid no tenga un gran ballet todavía. La gente de fuera no se lo cree.

P. ¿Cuál ha sido el personaje de su vida?

R. Para mí, creo que este de Alfredo es muy importante, que me llega con una madurez muy centrada, como actor y como bailarín. Cuando fui Romeo tenía 18 años, y no lo comprendía.

P. ¿Hay algún papel que le fascine que aún no haya bailado?

R. Me encantaría bailar un Dostoievski. El Raskólnikov de Crimen y castigo. Estoy a punto de empezar a fantasear con la idea.

P. "Interpreté demasiados príncipes". ¿De qué color eran?

R. Todos rosas, lamentablemente, porque todos los príncipes son aburridos. Son media tinta.

P. Su tía es directora artística de su Ballet Concierto; su hermana es su representante. Eso sí que es bailar en familia.

R. Es que Apolo y sus tías es muy autobiográfico. Apolo es la representación de mí mismo.

P. ¿Está encantado de haberse conocido?

R. Mucho. Tengo defectos, pero no conflictos conmigo mismo.

P. Volvemos a Bilbao.

R. Es de sangre.

Iñaki Urlezaga, que presenta <i>La Traviata, </i>de Verdi, con su compañía argentina Ballet Concierto, sobre los tejados de Madrid.
Iñaki Urlezaga, que presenta La Traviata, de Verdi, con su compañía argentina Ballet Concierto, sobre los tejados de Madrid.CRISTÓBAL MANUEL

Perfil

Tiene 34 años, ha sido primer bailarín del Royal Ballet de Londres, del Teatro Colón de Buenos Aires y del Dutch Nationale holandés, entre otros, y artista invitado en el Metropolitan, el Bolshoi, la Scala y decenas de escenarios más. Le gusta leer, el teatro, la ópera, jugar al tenis y pasear. Añora la vida cotidiana, que se le escapa por sus continuos viajes. Ahora vivirá un tiempo en Amsterdam: "Una muy linda ciudad, donde iré en bicicleta al trabajo".

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