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EE UU investiga si la banca engañó a las agencias para ocultar riesgos

Las sospechas afectan a las tres grandes firmas de calificación y a nueve bancos

La investigación por presunto fraude en el empaquetado de deuda basura se amplía, y va directa al corazón de la crisis financiera. El fiscal Andrew Cuomo abrió la pasada madrugada expediente a los grandes actores del controvertido y lucrativo negocio. No sólo teme que engañaran a sus clientes, sino también a las agencias de calificación, para maquillar el riesgo real de esos activos, mientras estas últimas miraban a otro lado para no perder ingresos.

El examen de los reguladores a los abusos cometidos con las hipotecas tóxicas avanza así por dos vías, tanto a nivel federal como estatal. Las firmas bajo la lupa son cinco estadounidenses (Citigroup, Goldman Sachs, JP Morgan Chase, Morgan Stanley y Bank of America Merrill Lynch) y cuatro europeas (Credit Agricole, Credit Suisse, Deutsche Bank y UBS), así como las tres agencias (Standard & Poors, Moody's y Fitch).

Empleados de S&P y Moody's denunciaron presiones
Las autoridades estatales y federales analizan los supuestos abusos

Aunque las investigaciones están en una fase de recopilación de pruebas con las que apoyar una eventual acción civil o criminal, cobra cuerpo el temor de que la mancha de los abusos en el negocio de la deuda hipotecaria vaya más allá de Goldman Sachs, el primer y único banco acusado de fraude por parte de la comisión estadounidense que regula el mercado bursátil (SEC).

Por un lado, según The Wall Street Journal, los supervisores tratan de determinar si JP Morgan Chase, Citigroup, Deutsche Bank, UBS y Morgan Stanley engañaron a sus clientes al ofrecer paquetes estructurados con activos hipotecarios, sabiendo que perderían valor con el derrumbe inmobiliario y contra los que apostaban. Es lo que supuestamente hizo Goldman Sachs, al diseñar el controvertido fondo Abacus, según las alegaciones de la SEC.

Pero se abre una vía simultánea de acción. A la vez, según The New York Times y la cadena CNBC, el fiscal general del Estado de Nueva York quiere determinar hasta qué punto Credit Suisse, Credit Agricole y Merrill Lynch (controlada por Bank of America) dieron material engañoso a las agencias de calificación de riesgos. Este expediente no incluye a JP Morgan Chase, pero sí a las tres firmas de calificación.

En una reciente comisión parlamentaria, ex empleados de S&P y Moody's denunciaron que las firmas de Wall Street les presionaban para que los controvertidos paquetes a base de hipotecas subprime fueran calificados con la nota más alta. Si no, les amenazaban con ir a otra firma rival para conseguir esa la valoración, lo que se traducía en una pérdida de ingresos para la compañía.

Estos productos financieros tóxicos acabaron infectando el sistema, cuando el mercado inmobiliario empezó a derrumbarse en el verano de 2007. Y fue esta connivencia entre Wall Street y las agencias de calificación la que en parte alimentó la crisis. Como señalan los investigadores, "hace falta dos para bailar el tango". En el entorno de Cuomo creen que las agencias de calificación también deben ser objeto del examen, porque miraron a otra parte en lugar dar a esos activos el valor que se merecían. Se creó así un falso sentido de seguridad, para atraer a los inversores. Pero cuando el precio de la vivienda tocó techo, esas mismas agencias empezaron a revisar en masa las calificaciones.

Las entidades objeto de la investigación de Cuomo -que se postula como candidato a gobernador de Nueva York- o la que está en curso a nivel federal no hacen comentarios.

Las agencias también están en el ojo del huracán por su trabajo al valorar las cuentas públicas de los países europeos, por haber permitido que se inflara la deuda soberana. Lo que está por ver es si todo esto llevará a los legisladores a ambas orillas del Atlántico a adoptar algún tipo de regulación.

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