La receta electrónica reduce un 30% las visitas a los centros de salud
Las tecnologías de la información son una gran baza para ganar en eficiencia y calidad - Los nuevos procedimientos limitan el margen de error
Las nuevas tecnologías, en sanidad, equivalen a prevención y eficiencia. Su aplicación reduce visitas innecesarias a la consulta médica y libera a los profesionales de largos procesos burocráticos. En una palabra: ahorra. Tiempo y dinero. Tanto, que la incipiente aplicación de la receta electrónica ha logrado aplacar un 30% el número de visitas a los centros de salud. Citas en las que el paciente, la mayoría de las veces enfermo crónico y con una medicación (mucha) habitual, acudía únicamente para recoger recetas. Y es que gracias a esta prestación los pacientes pueden recoger directamente en la farmacia lo que el médico les ha mandado introduciendo un código en su tarjeta sanitaria. Para ello sólo tienen que presentar en la botica este documento. Esta aplicación, según el Ministerio de Sanidad, acorta entre un 20% y un 30% el tiempo que los médicos dedican a rellenar recetas.
Su aplicación, aunque avanza, aún no está implantada ni siquiera en la mitad de los centros de salud españoles. Sólo el 40% tiene operativa esta prestación. Así, está disponible para el 26% de la población, según datos del ministerio. En 2009, el 18% de las dispensaciones realizadas en España fueron electrónicas. Este tipo de prescripción supone un gran avance para las decenas de enfermos crónicos españoles. Una cifra que, además, con el tiempo, tiende a multiplicarse. Se calcula que en 2020 el 60% de las patologías serán crónicas. Sin embargo, todavía sólo el 42% de las farmacias pueden dispensar medicamentos electrónicamente. Una cifra muy alejada del más de 90% de las boticas que ofrecen esta posibilidad en Suecia, por ejemplo. Allí, la práctica totalidad de sus centros de salud y hospitales están totalmente informatizados.
En España -que en 2009 dedicó a la e-health el 0,9% de su prepuesto para sanidad, unos 336 millones de euros- el camino avanza poco a poco desde hace 10 años. Aunque no llega al nivel escandinavo, su división en 17 autonomías y la adaptación tecnológica de las regiones lo convierten en modelo para otros países de Europa y para EE UU.
Ahora, además, cuando la recesión económica está en boca de todos, las tecnologías de la información aplicadas a la sanidad se han convertido en una de las fórmulas que los expertos barajan para aliviar la carga de un sistema aquejado de deuda. También, en algunos casos, se vislumbra como la solución para la sobrefrecuentación médica. De hecho, uno de los capítulos del reciente pacto sanitario incluía el hacer extensivo el uso de las e-health y las nuevas tecnologías. También el expandir a todo el sistema nacional de salud la historia clínica digital, es decir, la historia médica del paciente totalmente informatizada, de manera que pueda consultarse desde todos los centros públicos de salud. Lo que evita desde errores a incomodidades. Ahora mismo, el 88% de los ciudadanos que acuden a los centros de salud en atención primaria disponen de una historia clínica digital, según Sanidad. El sistema ya funciona en el 98% de los centros de salud y en una decena de comunidades autónomas.
A través de la e-health se puede lograr un ahorro de unos 7.500 millones de euros al año en Europa, según un informe elaborado hace sólo unos meses por la presidencia sueca de la Unión. Las tecnologías de la información aplicadas a los centros sanitarios, hospitales y farmacias reducen en un 30% de los errores en la prescripción. "Además, se pueden evitar más de 100.000 eventos adversos, es decir, errores resultantes de la práctica clínica", sostiene Pablo Rivero, director general de la Agencia de Calidad del sistema nacional de salud.
"El sistema sanitario actual debe evolucionar más rápidamente. El e-health por sí solo no va a cambiar el sistema pero sí obligará a repensarlo para hacerlo más seguro, más accesible a los ciudadanos", explica Ramón Quirós, consejero de Sanidad de Asturias. En esta comunidad ya han puesto en marcha distintos dispositivos de tecnologías de información aplicadas al sistema sanitario. Una de ellas, por ejemplo, destinada a controlar la evolución de los enfermos de diabetes de las zonas rurales, ha logrado una gran reducción en las visitas y desplazamientos a las consultas médicas de las ciudades. Y es que, según Quirós, hay que tener en cuenta no sólo el ahorro y la efectividad que aportan al sistema estas tecnologías. También la comodidad y el factor de economía que suponen para los usuarios.
Los beneficios de la e-health cada vez están más claros. El año pasado se solicitaron por Internet más de 12 millones de citas. El 86% de los ciudadanos ya tienen acceso a pedir hora para atención primaria a través de este sistema.
DISPARIDADES REGIONALES
No todos los Gobiernos autonómicos gastan lo mismo en sanidad. El rango va desde el 8,81% del PIB que destina Extremadura al 3,65% de Madrid. Aunque el peso de los conciertos privados es creciente en esta última región, el Ministerio de Economía aclara que las diferencias obedecen más al distinto nivel de riqueza de las comunidades que a las políticas sanitarias. Al tener que financiar las mismas prestaciones en sitios con economías muy diferentes, el peso del gasto sobre el PIB autonómico baja en las comunidades con mayor renta.
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