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Reportaje:Economía global

El fin del secreto bancario suizo

La Confederación Helvética aún se está adaptando al nuevo marco

El 13 de marzo de 2009 no quedará impreso en la memoria colectiva, pero es, a su manera, una fecha histórica: el día en el que el mítico secreto bancario suizo empezó a vivir sus últimas horas. La Confederación Helvética se sometía a las exigencias de la OCDE, aceptando una derrota ante la Unión Europea y sus grandes competidores por el muy apetecible mercado de los fondos no declarados. Pero ¿qué ha cambiado en Suiza en este annus horribilis de 2009? ¿Ha muerto realmente el secreto bancario suizo?

"En absoluto", comenta la presidenta de la Confederación Helvética a EL PAÍS. Doris Leuthard, que es también ministra de Economía, explica: "El secreto bancario sigue existiendo para los residentes en Suiza y colaboramos con la OCDE, pero el intercambio de información sobre cuentas de clientes no es automático". El procedimiento ahora depende de las autoridades de cada país, quienes deben hacer la demanda. "Pero sólo en caso de sospechas fundadas de fraude fiscal. Colaboramos de forma transparente", precisa.

El total de fondos depositados en Suiza asciende a 1,2 billones
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¿Y qué entiende Suiza por fraude fiscal? "Una falsificación de documentación, información y datos. Desde una firma falsa hasta adoptar la identidad fiscal de otra persona". Así lo asegura Myret Zaki, autora de los libros UBS, en el interior del escándalo y El secreto bancario ha muerto, ¡viva la evasión fiscal! La economista explica: "El fraude ha sido considerado como una actividad criminal en Suiza desde siempre, y en ese sentido nada cambia. Pero la evasión pueden ser ahorros, sumas relativamente modestas que se olvida declarar". Resumiendo: hoy, la evasión es tratada (casi) igual que el fraude fiscal. ¿Pero sigue Suiza siendo atractiva sin su mítica discreción? Según Doris Leuthard, "Suiza es la séptima plaza financiera mundial, y sus ventajas no acaban en el secreto bancario, pues tenemos otras cualidades".

Una opinión confirmada por el publicitario Pedro Simko, alto cargo para Europa de Saatchi & Saatchi. "Suiza es una marca de enorme prestigio, y eso no se pierde en unos meses. El secreto bancario es una característica de Suiza, pero no es esencial. Su imagen en el extranjero está hecha de fiabilidad, estabilidad y calidad. Y eso no ha cambiado". "Pero no hay que olvidar que sin secreto bancario, competimos en igualdad de condiciones con bancos de otros países. Y los bancos suizos son formidables, pero no invencibles", afirma Cédric Portier, de la consultora PricewaterhouseCoopers. Este experto fiscalista explica las nuevas reglas: "El señor que llega con una maleta llena de dólares a Ginebra debe tener muy claro que Suiza ya no puede proteger sus bienes como antes".

Una amenaza dado que la suma total de fondos depositados en Suiza por personas físicas y sociedades extranjeras asciende a 1,2 billones de euros, lo que convierte al país alpino en el número uno mundial en gestión de fondos transfronterizos privados. "Algo absurdo visto nuestro tamaño", analiza Portier, "y ello provoca la hostilidad creciente de nuestros competidores directos: EE UU y Reino Unido".

Esta suma astronómica se encuentra repartida entre los 350 bancos que desarrollan su actividad en Suiza, siendo los más conocidos el coloso UBS y Credit Suisse. Según la consultora Merrill Lynch, el buque insignia de la banca suiza, UBS, dispone de depósitos extranjeros no declarados por valor de unos 100.000 millones de euros. Dado que el monto total de depósitos en Suiza es, según el Boston Consulting Group, de 1,2 billones, se puede deducir que los otros 349 bancos se reparten los 1,1 billones restantes. "Y son esos bancos los que más van a sufrir con las nuevas reglas, pues UBS no depende tanto del secreto bancario como los pequeños bancos especializados en la gestión de fortunas privadas", explica Myret Zaki.

¿Está, pues, Suiza herida de muerte? Pedro Simko considera que, si bien Suiza como marca de prestigio ha sufrido mucho con la crisis de UBS, el caso Gaddafi o el fin del secreto bancario, la sangre no llegará al río. "Creo que nuestra percepción del problema desde dentro de Suiza es mayor que la que existe en el extranjero. En el resto del mundo, la imagen de Suiza no ha sufrido daños dignos de mención", afirma el publicista.

Su análisis no es compartido por Myret Zaki. "Si Suiza pierde el secreto bancario y su plaza financiera privilegiada, sólo puede sobrevivir integrada en Europa", comenta. "La otra ventaja de Suiza es que el franco no sea más fuerte que el euro. Pero si los tipos de interés, que por el momento son un poco más bajos, convergen, ya no habrá razón para estar fuera de la zona euro. Si nos siguen quitando nuestros valores uno tras otro, no nos dejarán otra salida que entrar en la UE".

Una tesis compartida. "Antes, Suiza era atacada país por país", observa Cédric Portier, "pero ahora nos atacan todos a la vez. Y no hubo voluntad ni capacidad política para defender los intereses del país". Un análisis oído con frecuencia: el Ejecutivo helvético no está capacitado para reaccionar en tiempos de tormenta.

En el fondo, esta situación parece perjudicar sólo al ahorrista que dispone de medio millón de euros o al pequeño empresario. "Quien dispone de 300 millones, simplemente monta un trust en Belice", ironiza Myret Zaki. "Lo dramático es que los clientes no se van a quedar sentados esperando a ver qué pasa en Suiza, sino que, simplemente, cogerán sus fondos e irán a otro país que les dé la deseada discreción, como las Seychelles, Delaware o el sultanato de Brunei", apunta. Esos trusts no intercambian ninguna información con los Estados, y "ningún país tiene planes para quebrar ese silencio", dice.

El trust, figura legal propia del Derecho anglosajón, es un contrato privado a través del cual el propietario de una fortuna la cede, de forma irreversible, a beneficio de un mandatario (o trustee) encargado de gestionarla en el interés de la (o las) persona designada como beneficiaria.

Suiza intenta encontrar la vía que le permita mantener su dorado aislamiento pese al secreto bancario light. Pero los ataques siguen arreciando desde fuera y desde dentro. "Si esta guerra sirviera para que la evasión fiscal desaparezca de la faz de la tierra, yo sería la primera en aplaudir", concluye Zaki, "pero me temo que los suizos han hecho el primo, pues el dinero que salga de Suiza irá a otras plazas financieras o paraísos fiscales. En suma, ¡esto es una gran mascarada!". -

Cronología de una guerra económica

Hacia finales de 2008, los ataques contra la plaza financiera suiza se intensificaron. En febrero de 2009, en plena crisis de UBS, el Gobierno helvético autoriza al mayor banco de Suiza a entregar a las autoridades fiscales americanas los nombres de 255 clientes con cuentas en UBS. Inmediatamente, Estados Unidos reclama datos sobre 52.000 nombres, causando un pánico generalizado en la habitualmente serena Suiza.

En agosto de 2009, el Gobierno federal de Berna firmó una serie de acuerdos permitiendo la identificación de 4.450 cuentas. Esta decisión fue recurrida por una clienta americana en enero de 2010, que logró que el Tribunal Administrativo federal bloqueara la entrega de datos. Pero, ya en la primavera de 2009, la presión de la OCDE y del G-20 llevaron a Suiza a aligerar el secreto bancario para acercarlo a los estándares de la OCDE. Desde entonces, Berna está en plena renegociación con diversos países de las convenciones que reglamentan la colaboración internacional en caso de evasión fiscal.

Gracias a esta nueva flexibilidad, Suiza logró ser eliminada de la lista gris de Estados poco cooperativos, definida por la OCDE. La Confederación Helvética aceptó firmar 12 de las convenciones antes mencionadas. Algunos de estos protocolos deberán ser sometidos en marzo a votación en el Parlamento. Hoy por hoy, Suiza se encuentra en plena guerra fría con Francia y Alemania por el robo de datos de clientes de bancos suizos. Por su parte, las autoridades fiscales de Italia atacan la frontera sur y la rica ciudad de Lugano, sede de algunos de los principales bancos. ¿A esta Suiza asediada por los cuatro costados le habrá llegado la hora de incorporarse a la Unión Europea? -

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