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XIV FESTIVAL DE JEREZ

La danza de los contrarios

El mensaje estaba anunciado desde el mismo título. La nueva creación de Belén Maya se mueve en la dualidad alegría-tristeza de forma esencial, pero no es la única oposición que se hace presente a lo largo del espectáculo. En una obra trabajada y muy perfilada, con una marcada base conceptual y una latente dramaturgia, habría espacio para un juego mucho más amplio de contrastes, de permanente juego de contrarios.

Son los que personifican con sus bailes y danzas las dos protagonistas, Belén Maya y Olga Pericet. La primera, anfitriona; la segunda, mucho más que una artista invitada, una perfecta cómplice para una propuesta que indaga en los vericuetos emocionales de la vida para trasladarlos al baile en una larga sucesión de encuentros y desencuentros.

Las falsas apariencias se hacen evidentes desde el inicio. El baile por alegrías de Belén no se completa y se interrumpe ante la duda, la angustia o la pena. Lo mismo ocurriría con el de Olga, en un tramo final que pretende un tratamiento circular. La alegría y la tristeza son las dos caras de una misma moneda, pero entre una y otra emoción se sitúan todas las demás. De ahí que la obra busque reiteradamente la oposición de los contrarios, ya sea a través del juego de los espejos o del enfrentamiento de dos bailes tan antitéticos, formal y emocionalmente, como son la seguiriya y la guajira, que ocupan un espacio central en la obra, alternándose en su ejecución de forma cortada y desestructurada, hasta lograr un atisbo de fusión en el tono mayor de la cabal. Pero volvió a ser otra falsa apariencia. La informal, sensual y provocadora guajira de Belén se terminó imponiendo al final del encuentro.

En un espectáculo que se prolonga de forma paralela a la manera en que se vuelve denso, haciendo, por ello, que se tambalee la valoración global, es inexcusable reseñar la cantidad de creaciones coreográficas que llenaron de belleza y plasticidad la función. El trabajo de Belén y Olga, su perfecto engarce con los cantes y la música dejan en la retina momentos de gran hermosura. La metáfora del agua que gotea durante muchos momentos de la obra, se desvela en el último instante. La bata de cola de Belén, empapada de agua, representa el peso de la vida y sus contradicciones.

Belén Maya, en <i>Bailes alegres para personas tristes,</i> el pasado lunes en el Teatro Villamarta de Jerez.
Belén Maya, en Bailes alegres para personas tristes, el pasado lunes en el Teatro Villamarta de Jerez.JARO MUÑOZ

.BAILES ALEGRES PARA PERSONAS TRISTES

Compañía: Belén Maya. Coreografías y baile: Belén Maya y Olga Pericet (artista invitada). Cante: Juan José Amador, Miguel Ortega, Jesús Corbacho. Guitarras: Javier Patino, Antonia Jiménez. Iluminación: Ada Bonadei. Vestuario: Yaiza Pinillos. Dirección escénica: Juan Carlos Lérida. Dirección musical: David Montero. Teatro Villamarta, 8 de marzo.

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